Sentados al aire libre bajo un sol que no agobia, Luis y Dardo acaban de terminar con su sesión de trote y ahora se disponen a disfrutar de una “picada”al mejor estilo tandilense. De paso aprendieron que la charcutería es el nombre que recibe la producción a escala mayor de fiambres y otros productos. Nada que envidiarle a los grandes fabricantes europeos, porque la calidad está garantizada por las marcas exportadoras.
La ciudad de Tandil, que debe su nombre al pueblo nativo los puelches, se halla a 390 kms. de la Ciudad de Buenos Aires y a 172 de Mar del Plata. Fue fundada por el Brigadier General Martín Rodríguez en 1823 con el nombre de Fuerte Independencia y en la actualidad cuenta con unos 200.000 habitantes. Está emplazado en la Pampa Húmeda, más precisamente en el sistema serrano de Tandilia, y cuenta con un clima templado.
Durante la década del 50 la colonización jugó un papel fundamental en su desarrollo y la industria de la piedra cobró gran importancia tanto por los volúmenes de extracción como por la cantidad de personas que se instalaron en Tandil atraídas por la actividad de las canteras. La llegada en 1883 fue decisivo para el desarrollo de la pedrería como el empedrado de muchas calles de Buenos Aires. Buena parte de su historia se puede conocer en el Museo Histórico Fuerte Independencia. Fundado en 1960, ofrece un recorrido por la historia local, desde la época precolombina hasta la actualidad, con especial énfasis en la fundación del Fuerte de Tandil en 1823.
La economía tandilense se caracteriza por ser una de las más diversificadas del país; su versatilidad abarca la agricultura, la ganadería, el comercio, la industria y el turismo. A esto se suman los productos artesanales como los quesos, salames y otros embutidos. Son famosas “las picadas” tandilenses por la calidad de los productos usados. Otro rubro de gran crecimiento es el de la industria láctea gracias a la importancia cobrada por la Cuenca Lechera Mar y Sierras.
La gastronomía es otro de los atractivos más característicos del lugar. Reconocida como la Capital del Salame, Tandil cuenta con una extensa tradición en la producción de embutidos y quesos. Además, en los alrededores de la ciudad, las caminos rurales gastronómicos permiten visitar fábricas artesanales y chacras, donde se puede conocer el proceso de producción y degustar productos frescos.
Cada año, la ciudad organiza la Fiesta del Queso y el Salame Tandilero, un evento en el que los visitantes pueden disfrutar de los sabores tradicionales y participar en actividades ligadas a la producción local. También se realizan la Feria de los Artesanos y la Feria de Sabores en el Parque Independencia donde se comercializan los productos.
Cerro El Centinela: Un clásico de la ciudad, este cerro ofrece vistas panorámicas espectaculares y cuenta con aerosillas que permiten disfrutar del paisaje desde las alturas. En la base se puede relajar en zonas de picnic o recorrer senderos.
Parque Independencia: Es el punto más emblemático para quienes visitan la ciudad. Aquí se encuentra el Castillo Morisco, desde donde se aprecia una linda vista del centro urbano. En la noche, el lugar se ilumina, ofreciendo un espectáculo único.
Paseos en bicicleta y trekking: Los senderos que rodean Tandil son ideales para los amantes del deporte y la aventura. Tanto principiantes como expertos encontrarán rutas de diferente dificultad, donde pueden descubrir la flora y fauna autóctona.
Reserva Natural Sierra del Tigre: Para los amantes de la fauna, la reserva ofrece la posibilidad de observar especies en su hábitat natural. Además, cuenta con recorridos educativos sobre la importancia de la conservación.