“La cocina del mar”, resume la esencia de Sarasanegro, para muchos el mejor restaurante de pescados del país, cuyo propósito se basa en “generar oportunidades de desarrollo profesional, basándonos en los talentos y potenciándolos, para acompañar la creación de una exquisita gastronomía con identidad local, prevaleciendo el kilómetro cero”.
“Además de crear valor económico, procuramos generar un impacto material, social y ambiental en beneficio de la sociedad, el ambiente y las personas”, se explayan desde el espacio que llevan adelante, desde diciembre de 2003, Fernanda Sarasa y Patricio Negro.
Al principio, sentían que “la gente no encontraba lo que quería en nuestro salón y nosotros tampoco hallábamos un público interesado en nuestra propuesta”, tal como cuentan en el libro "Cocina de Mar". Un cambio importante fue la presencia de Fernanda en el salón: dejó el detrás de escena para enfocarse en los detalles como los platos y cubiertos utilizar, la cristalería, la recepción y atención del público.
¿Qué se puede comer? Anchoa de banco, chernia, lenguado, palometa, abadejo, caballa, salmón blanco, savorín y pez limón, entre los platos principales, mientras que los langostinos, las vieiras y el pulpo resaltan en algunas entradas. Otro punto alto es su cava propia, por donde han llegado a pasar más de 12 mil botellas de vinos de bandera argentina, española, italiana, australiana, sudafricana, portuguesa y estadounidense.
A su vez, la pareja Negro – Sarasa cuentan con otra propuesta, Furia Resto & Rooftop, en un noveno piso de la calle Rawson al 1457. “Somos un concepto multisensorial: combinamos la cocina de autor, la coctelería de vanguardia, los vinos y el ambiente distintivo”, resumen.
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Un horno a leña -alimentado a base de eucalipto blanco y quebracho- enciende la ilusión de los visitantes que van en busca de la gran especialidad de la casa: desde 1960, una delicada masa, crocante por fuera y tierna por dentro, doblada y rellena con mozzarella, jamón cocido, longaniza picada y provolone rallado. De allí el nombre de este clásico, El Rey del Calzone.
De estilo romano y cocinado en la piedra del horno, se inició de la mano del italiano Renato Usai, quien llegó a Mar del Plata en 1952. Allí comenzó con un taller mecánico para después dar con su primera experiencia gastronómica: Dino Dini. Luego conoció a su mujer, Norma, con quien abrió -en la década del ’60- “Cantina Tevere” en honor a las raíces y al nombre del tercer río más largo de Italia. Allí fue que -más allá de la preponderancia de las pastas y las pizzas- incorporó el calzone, con un éxito rotundo.
A fines de 1989, la cantina se mudó a su actual ubicación -antes se encontraba en Alberti y Sarmiento, en diagonal a la Antigua Terminal de Ómnibus- y con nuevo nombre, en lo que era la casa de los suegros de Renato. Hoy son sus hijos quienes llevan adelante el local, que se destaca por sus pizzas, sus pastas -con la reciente incorporación del “Cacio e Pepe”, unos vermicellis servidos en una horma de queso gigante- y sus postres.
Un ambiente familiar repleto de historia.
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“Tiene nada de vida y ya es un obligado de Mar del Plata”, puede leerse en @panzallena.ba, una cuenta de Tik Tok con casi 100 mil seguidores y que recomienda “lugares para comer piola en Argentina”. “Son el único restaurant de la ciudad que tienen carnes maduradas para comer ahí y también para llevar”, destaca el influencer, sobre Brasa, un sitio que pisa fuerte desde comienzos de 2024.
“Somos apasionados por la cocina al fuego. Nos enorgullece ofrecer una experiencia única, donde cada plato refleja calidad y sabor auténtico. sabemos de carne y también de buenos momentos. ¡Bienvenidos a Brasa!”, se presentan, con varios destacados. Entre las entradas, la provoleta Brasa -acompañada de morrón asado, panceta grillada, pesto de rúcula y maní- y los champiñones rellenos con duxelle de vegetales y queso azul, cocinados al horno de barro.
Las mollejas, los chinchulines y la entraña son infalibles, mientras que el TBone es un imperdible. ¿Un buen acompañamiento? Hinojos braseados con azúcar mascabo, tomate seco, vinagreta de limón y mostaza dijon. ¿Más allá de la parrilla? Ñoquis soufflé gratinados y ¡la milanesa de bife de chorizo servida con Mac & Cheese! Para cerrar, algo dulce: el flan de dulce de leche y garrapiñada de girasol.
En cuanto a su highlight, destacan que “la maduración se realiza en nuestra heladera que trabaja a 2 grados y con un 70% de humedad, generando que la carne pierda una gran cantidad de agua, rompiendo las estructuras de las proteínas que aportan su firmeza”. “El resultado final es la disminución de la dureza, con el incremento del aroma y del sabor”, cierran.
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“Comida gallega desde 1994”, aparece sobre un mosaico que da a la calle San Lorenzo. Del noroeste de la Península Ibérica hacia “La Feliz”, la cocina con toque español sale desde hace 30 años con pescados, mariscos, arroces, cazuelas y la infaltable tortilla, todo de manera abundante. Antes de empezar, unos boquerones, unas anchoas o unas rabas -tan destacadas que muchos las piden como plato principal-.
¿Un postre clásico? Las natillas, una crema elaborada con leche, yemas de huevo, azúcar y aromas como la vainilla o el limón. ¿Con qué se puede acompañar? Una copa de lemoncello de elaboración propia, invitación de la casa. Mozos conversadores y clientes de antaño hacen de este restaurante un espacio de sobremesas largas y entretenidas, en una casona que combina ladrillo a la vista, azulejos y ventanales.
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"Pesca del día con sabores para siempre", dice Lo de Fran, el espacio comandado -desde 2019- por Francisco Rosat. En la zona del puerto, con un arroz top y unos espaguetis con frutos de mar que dan la nota, su cocina se basa en el producto, en este caso con los momentos que arroja el mar.
Pescados de anzuelo y de barco, de verano -bonito, anchoa de pez, pez limón-, de invierno -caballa y anchoa para saladero-, de noviembre y diciembre -chernia y mero-, tal como cuenta en 7canibales.com. Estas propuestas también se hacen presentes en la Capital Federal: desde mediados de 2023 y en sociedad con La Parolaccia, “Mare by Fran” en Puerto Madero.
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Comida asiática en Mar del Plata, de la mano de la Diego Lawrie, la cocinera Eugenia Krause y la sommelier Victoria Ortemberg. Se trata de diversos platos de “versiones al paso”, que representan las preparaciones y sabores de distintos países de Asia -Japón, Taiwán, Vietnam y China, entre otros-, con mucho tiempo de producción, pero con despacho rápido.
¿Opciones del menú? Chaufa -arroz salteado con verduras y langostinos-, Miso Ramen -noodles caseros con base de caldo de hongos shiitake-, Chow Mein -fideos de trigo amasados y vegetales de estación-, Curry de castañas estilo japonés -golden curry, mix de especias y vegetales de estación-, Pollo Thai -con chauchas, castañas de cajú, ajo y jengibre, con gohan (arroz blanco)-, Dumplings -de ternera, de langostinos y de tofu- y hasta Flan de maní, hecho al vapor.
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