Piazzolla: Toda la vida en un bandoneón
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“La música es el arte más directo: entra por el oído y va derecho al corazón” Astor
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Por Carlos Lazzati
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“La música es el arte más directo: entra por el oído y va derecho al corazón” Astor

Nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921 y a los ocho años -viviendo con sus padres en Nueva York-, compuso su primer tango: “La catinga”, mientras actuaba como actor infantil en la película “El día que me quieras”, protagonizada por Carlos Gardel. De allí en más su vida fue una dura carrera al éxito.


Cuestionado por algunos de sus pares en virtud de ese estilo incomprendido, también por sectores de lo que se llamaba “oído popular”, Piazzolla no bajó los brazos defendiendo el carácter renovador de su música.

Desde su inicio en el mundo del tango porteño, allá por el año 1938, su figura en ese medio, despertó una mezcla de admiración y rechazo. Pero nada logró que abandonara su creatividad y firmeza en la idea de que había lugar para un nuevo estilo. Su lucha fue la de un dotado innovador que peleó contra el conservadurismo tanguero, mientras tocaba, a los 17 años, en orquestas propias o como músico contratado en otras.

Nacido en Mar del Plata, pasó tempranamente por Buenos Aires, pero en 1929 fue con sus padres a vivir a Nueva York, ciudad cosmopolita, crisol de nacionalidades, en la que expandió sus conocimientos culturales. Allí se relacionó definitivamente con el bandoneón, instrumento que lo ayudó a componer tres años después su primera canción: La Catinga. Un toque de suerte lo hizo intervenir como actor infantil en la película El día que me quieras, cuyo actor principal era nada más ni nada menos que Carlos Gardel.


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1936-1946. Astor comienza a formar parte en Buenos Aires de varios conjuntos e, incluso, condujo uno que seguía el estilo del Sexteto Vardaro, quien después de muchos años integró como violinista una de las orquesta de Piazzolla. Cinco años después se incorpora como bandoneón de fila a la orquesta de otro maestro: Don Aníbal Troilo. Durante veinte años, Astor fue arreglador y pianista provisorio, en reemplazo de Antonio Goñi.

La música motorizaba su vida. De buena fe, Troilo apadrinó a Piazzolla, pero a Astor este gesto paternal le cortó su vuelo, pues puso límite a su estilo, ya que lo obligaba a no trasponer la llamada “capacidad del oído popular”. Sin embargo, Astor seguía creciendo como compositor. Y llegó el momento de hacer un cambio: dejó la orquesta de Troilo en 1944 para participar en la del cantor Francisco Florentino, formando binomio con un vocalista de enorme popularidad y un músico de sobresaliente talento. Resultado: dejaron veinticuatro temas grabados, entre los que estaba Volvió una noche. Pero todavía le faltaba para tocar el cielo con las manos.


En 1946 crea su propia orquesta compitiendo con maestros de la talla de Horacio Salgán, Osvaldo Pugliese y Francini-Pontier, entre otros. Mientras tanto, Astor graba entre los años 1950 y 1951 cuatro obras de su autoría, pero ¡oh, curiosidad! Piazzolla duda si se dedicaría definitivamente al piano o continuaría con el bandoneón.


Por entonces hacía prácticas con la música clásica como compositor. En 1954, el Conservatorio de París le regala una beca de estudio, pero su amiga musicóloga Nadia Boulanger lo persuade para que desarrolle su arte en el tango y con el bandoneón. Un año después graba con las cuerdas de la Orquesta de la Ópera de París, catorce temas de su autoría, con tangos como Adiós, Nonino (una forma de despedirse de su padre, fallecido poco tiempo antes), Chau París, Marrón y Azul, entre otros.


Nuevamente en Argentina, crea el Octeto Buenos Aires, una orquesta considerada por el público como lo máximo de su carrera. Ahora sí, toca el cielo con las manos, reinterpretando grandes tangos tradicionales como Los Mareados. Luego crea el Quinteto Nuevo Tango (bandoneón, piano, guitarra eléctrica, violín y contrabajo), conquistando el fervor de la juventud universitaria del país y de otras franjas sociales.


Fueron años maravillosos, en los que creó música para cuarenta películas, pero tuvo un desliz muy criticado: compuso y grabó en los años de la bestial dictadura varias piezas para el Campeonato Mundial de Fútbol.
La muerte lo alcanzó el cuatro de julio de 1992 a los 71 años, luego de padecer por más de un año trombosis cerebral.

La increíble historia de Piazzolla con Gardel

Astor Piazzolla fue uno de los compositores más importantes del siglo XX, con más de 500 composiciones, luego interpretadas por artistas de todo el mundo. Conoció a Carlos Gardel cuando le llevó una artesanía que su padre quiso obsequiarle. Gardel como no sabía nada de inglés le ofreció la changa de que lo acompañara a hacer compras en Nueva York. Tanta fue la simpatía que los unió que el Zorzal fue más de una vez a comer a la casa de los Piazzolla. Y como si fuera poco, lo invitó a participar de la película Libertango, para interpretar el papel de un canillita.

Gardel le dejó una sentencia: “Pibe, vas a ser un grande, te lo digo yo”. Astor se salvó de morir en el accidente de aviación de Medellín en el que fallecería Gardel gracias a que su padre se opuso a que, con tan solo 13 años, viajara a Argentina, a pesar de la insistencia del Zorzal.

Publicado 23/02/2023
Por Carlos Lazzati
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