Entrevistas
Santiago Lange: El embajador de los mares
Image icon
Por Lucas Argüelles
Spotify Logo
Compartir en
0 comentarios
Avatar imageAvatar image
+875 personas están leyendo esta nota
Es uno de los grandes deportistas de nuestra historia, especialmente en los Juegos Olímpicos, donde obtuvo tres medallas. Pero, sobre todo, es alguien que representa el espíritu del deporte y sus valores como pocos. Un verdadero embajador de nuestro país.
Llueve como nunca en San Isidro. Y aunque linda la postal, nos obliga a recalcular los planes. La intención era realizar este reportaje en el Club Náutico San Isidro; en el barco, en el río, el hábitat natural de Santiago Lange, nuestro entrevistado. Pero ante la imposibilidad de realizar despliegue de producción alguno bajo el aguacero, generoso, nos sugiere que lo hagamos en su departamento, muy cerca del Náutico.

Nos recibe y lo primero que se ve es su lugar de entrenamiento, con pesas y bicicletas que salen de todas partes. De andar, fija, súper equipadas para entrenarse en lo que es otra de sus pasiones. “Hacemos la nota dónde quieran. Muevan lo que haga falta, como en su casa. ¿Quieren tomar unos mates?”, nos ofrece con una calidez que, lejos de sorprender, solo confirma esa imagen que uno tenía de Santiago en la previa. Mientras le entramos nomás a los verdes, con un poquito de miel, tomamos por asalto el living para armar el set.

Afuera sigue lloviendo y Santiago aprovecha para tener algunas llamadas en su oficina, en la habitación contigua. Se lo escucha hablar en castellano, luego en inglés. Hasta que le avisamos que ya estamos listos y ahora sí, comienza una charla tan amena como interesante.

Santiago, si bien te retiraste, no hace mucho de la competencia olímpica, te seguís manteniendo en actividad. ¿Cómo fue tu año? ¿Cómo es un día tuyo actualmente?


Sí, sigo bastante activo del lado profesional, navego en barcos grandes. Este año que está transcurriendo competí para un equipo turco en el Top Super Series en Europa y para un equipo americano en Estados Unidos, y eso me mantiene muy ocupado. Además, tengo un proyecto con Red Bull, en el que desarrollamos un centro de alto rendimiento para vela en Italia muy interesante. Así que, por suerte, muy ocupado.

Fotos: Dario Koraj
Fotos: Dario Koraj

Entiendo que más allá de la de la vela y la náutica, te mantenés deportivamente activo con otras cosas. ¿Qué es lo que más te gusta hoy en día?


Soy un fanático de la bici y le meto muchos kilómetros. Este año ya estuve en Salta y Jujuy, donde subimos la Cuesta del Lipán. Ahora, acabo de venir de San Luis, de subir el Nogolí con un grupo de amigos. Con uno de mis sponsors, Remax, también pedaleamos con un grupo de agentes. La verdad que me interesa muchísimo la bici y sí, mantenerme saludable y en buen estado físico es parte de mi estilo de vida.

A mí, por lo menos, haber sido navegante me templó mucho el espíritu, me enseñó muchísimo a tomar cualquier cosa que venga de afuera. A aceptar la realidad. Después, obviamente, cuando cruzas océanos o das la vuelta al mundo, está el trabajo en equipo, la templanza. A mí me formó como persona en todo sentido.

Eso te iba a preguntar, porque más allá de la actividad que hacés, que de por sí te mantiene en un buen estado, entiendo que también sos fanático de estar bien y de cuidarte.


Más que fanático es mi manera de vivir, me sale naturalmente. Me cuesta más una semana que no me puedo entrenar por alguna razón; que no pasa casi nunca, porque en cuanto veo que no estoy entrenándome, me despierto más temprano o me acuesto más tarde. Pero necesito entrenarme y estar bien físicamente.

Sé que te gustan mucho todas las herramientas que hoy en día la tecnología brinda para complementar la actividad y mantenerse cada vez mejor, como los relojes. ¿Es verdad que sos fanático de eso también?


Y sí. Uno cuando es deportista se va acostumbrando a una manera de evaluar para saber que estás haciendo las cosas bien. Para todo hay una métrica, todo se puede medir. A través del reloj Garmin, por ejemplo, uno puede tener una métrica de como duerme, como entrena, como estás. Ellos lo llaman body battery, que me parece un nombre espectacular y lo uso un montón.

Además, cuando estoy en un ciclo de entrenamiento, mi entrenador, que es español, me lleva el día a día a través del reloj. Me sirve porque es fácil de usar, pero por otro lado, si me quiero poner muy técnico antes de una competencia, y quiero estar bien puesto a punto, mi entrenador lo usa a diario para saber el plan que tenemos en la semana o en esos días.

Sí, me encanta. Lo que pasa también es que estás corto de tiempo y querés utilizar el tiempo de entrenamiento de la mejor manera posible. Entonces, tener métricas de cómo está funcionando, lo que estás entrenando y que alguien especializado lo pueda seguir, es espectacular.

¿Usás algún modelo en especial de Garmin? ¿O tenés más de uno?


Hoy tengo el Fénix 8 que es un caño. La verdad es que fui pasando por todos los modelos de Garmin y es increíble como la tecnología ha avanzado. Desde cómo te analiza el sueño. Yo lo vengo siguiendo hace muchísimo y te vas dando cuenta que sí, que realmente lo que sentís en el cuerpo es lo que te transmite la métrica del reloj. Y lo fácil que es acceder a información.

La verdad que es impresionante cómo ha avanzado todo eso y cómo lo puede usar un entrenador que está en otro continente y ayudarte a armar un plan desde lo que te pide un “bicho” que tenés en la muñeca.

Fotos: Dario Koraj
Fotos: Dario Koraj

Todos los deportes, en cierta manera, forman una parte del carácter, al que lo practica. ¿Qué crees que aporta la vela al carácter o a la formación de una persona?


Muy, muy linda pregunta. Creo que es fascinante. En todos los deportes creo que, principalmente, uno compite contra uno mismo, en tratar de ser mejor atleta. Tus rivales son los que te ganan y los que te enseñan a que se puede llegar más lejos. Después, está todo el aspecto técnico, lo mental; si existe la suerte o no.

En el caso de nuestro deporte, en la cancha, dependemos de un factor extra: la naturaleza, que es muy caprichosa. Hoy queríamos hacer esta entrevista en mi barco y estamos acá, en casa, porque llovía.

Son cosas que no podemos manejar y eso hace que nuestro deporte sea muy cercano a la vida misma. Porque uno intenta controlar lo que puede, pero hay otros factores que nos llevan el día a día. En la vela eso se da muchísimo. Te puede tocar definir una medalla mañana y sos el mejor del mundo con mucho viento, pero hay poco viento. Y a veces estás corriendo la regata, estás ganando y de repente se calma el viento y se anula esa regata. Y bueno, es la vida misma: pasan cosas que están totalmente fuera de nuestro control.

A mí, por lo menos, haber sido navegante me templó mucho el espíritu, me enseñó muchísimo a tomar cualquier cosa que venga de afuera. A aceptar la realidad. Después, obviamente, cuando cruzas océanos o das la vuelta al mundo, está el trabajo en equipo, la templanza. A mí me formó como persona en todo sentido.

Creería que empezaste a navegar porque te gustaba y que hoy en día, más allá de que aún lo hacés profesionalmente, también lo hacés por placer. Pero competiste casi toda tu vida. Quería saber qué significa la competencia para vos.


La verdad que está muy bien formulada la pregunta, porque a lo largo de mi carrera deportiva, que fue muy longeva, sentí que fue cambiando el por qué lo hacía, ¿no?

Cuando era joven, competía todos los fines de semana; y de repente mi viejo me invitaba a navegar, y me parecía aburridísimo. Entonces, yo creía que solo navegaba para competir. Y era un poco así. Pero a medida que pasaron los años, empecé a mirar para atrás y bueno, se ve que también me encantaba navegar, la sensación de libertad que te da. Es un deporte muy complejo, en el que tenés que estar preparado en muchos aspectos. No es solo algo deportivo, es algo muy técnico.

Después, creo que me gustaron las dos cosas y al final de mi carrera casi lo que más me gustaba era entrenar. Disfrutaba de los entrenamientos, de esa libertad, de sentir cómo se desliza un barco sobre el agua. Disfrutaba de, quizás, estar en el río, salir un día y entrenar y ser los únicos que estábamos ahí, en la inmensidad; de un montón de cosas. A tal punto me gustaba tanto entrenar, que había terminado un campeonato en el que, quizás, no habíamos logrado el objetivo que queríamos y era cuando más enchufado estaba, pensando en qué teníamos que cambiar en los entrenamientos, o cuándo y cómo hacíamos las cosas; me quedaba enganchado en eso y era fascinante. Me decía, “wow, me está gustando casi hasta perder porque me deja muy enchufado”.

Fue cambiando, sin lugar a dudas, esa emoción que te da la competencia y lo que te genera, que cuando perdés estás triste, cuando ganas estás alegre. Todo eso también hizo que siga compitiendo mucho tiempo. Porque esa cantidad de emociones que uno siente a través del deporte, esa presión, no la voy a sentir nunca más en mi vida una vez que me retire.

Las medallas son algo alucinante, el subir al podio. Ni hablar cuando ganás la de oro, que izan tu bandera arriba de todas y escuchás tu himno, que es lo que soñaste durante tantos años. Es algo indescriptible. En ese momento también tuve esa sensación de…alivio

Esta es una pregunta un poco amplia, pero creo que mejor vos que nadie para contestarla. ¿Qué es el olimpismo o qué debería ser al menos competir en los Juegos Olímpicos?


El olimpismo es un alma fascinante. Es algo que es muy difícil expresar, porque es tan groso...tiene tanto espíritu, tantos valores; tiene una energía especial. Ahora, por suerte, fue la primera vez que viví unos Juegos Olímpicos como espectador. Y fue lindísimo, porque cuando vas a competir estás tan metido en tu foco que, sin darte cuenta o sí, muchas veces te perdés un montón de la película.

Cuando entrás en una villa olímpica, obviamente respirás deporte. Ves flacos, altos, fuertes, fuertísimos, a los mejores atletas que querías conocer. Ves todo: respirás deporte en una villa olímpica. Afuera ves ese espíritu olímpico, que todos los voluntarios están felices de ser parte de este movimiento, de la llama olímpica, de lo que significa.

Yo siempre lo digo: para mí lo más importante de los Juegos Olímpicos es la ceremonia de apertura, que es, creo, el único momento en el que la humanidad está en paz; que todas las razas, culturas, religiones y creencias están en un mismo estadio, festejando, todos bien vestidos, celebrando lo que va a pasar. Y creo que es en el único lugar que pasa eso en los Juegos Olímpicos.

Hay 10.000 maneras de ver los Juegos Olímpicos, pero para mí es eso. Tiene una energía única.

Fotos: Archivo
Fotos: Archivo

Y tuviste la suerte o, en realidad, tuviste el mérito de haber ganado varias medallas, no solo una. ¿Qué significa ganar una medalla?


En mi caso fue un sueño que me llevó muchísimos años. Mi primer intento para ir unos Juegos Olímpicos fue en 1980 y pudimos ganar nuestra primera medalla en 2004. O sea, son muchísimos años de laburo, de dejar muchas cosas de lado, de muchísimos esfuerzos, de muchísimas tristezas, muchísimas alegrías, de esta cantidad de emociones que hablábamos antes. Y la última la gané en 2016. Es una vida dedicado a eso.

Las medallas son algo alucinante, el subir al podio. Ni hablar cuando ganás la de oro, que izan tu bandera arriba de todas y escuchás tu himno, que es lo que soñaste durante tantos años. Es algo indescriptible.

En ese momento también tuve esa sensación de…

Alivio


Sí, alivio. Fascinante.

O de una meta cumplida


Es un alivio. Se ve que es como que te sacaste algo, un deseo tan grande, que tenías adentro, que sentís un alivio increíble.

Lo entenderás bien a Messi, por ejemplo, cuando ganó el Mundial, entonces.


Muchísimo, muchísimo. Y a mí me pasa que es algo tan sensible, con cualquier deportista. Veo una entrega de premios o algo así y hago pucherito; me sensibiliza mucho porque quizás entiendo lo que él está viviendo. Quizás está viviendo otra cosa nada que ver a la mía, pero bueno, vos lo estás viviendo como lo que vos viviste. Es alucinante.

Y de las tres que ganaste entiendo que, a priori, la dorada sería la más importante. Pero estoy seguro de que cada una significó algo diferente, por el contexto o por lo que fuera.


Sí, está bueno también hablar de eso, porque, en realidad, son el resultado de un camino larguísimo. Lo importante es lo que pasó en ese camino. Pero, obviamente, no voy a dejar de decir que cuando te cuelgan la medalla es mejor tenerla que no tenerla. Esos privilegios que te da la vida, de que pudiste llegar a conseguir lo que tanto soñaste y tanto deseaste.

La de Atenas en 2004 fue el alivio de haber conseguido algo que cuando era chico ni había soñado, que sí soñé después de mis primeros Juegos Olímpicos, en Seúl ‘88. Y bueno, fue un proceso larguísimo y dificilísimo; casi cambio de país para los Juegos del ‘96. Me nacionalicé español e iba a correr para su equipo olímpico. Incluso llegué a hacerlo en un torneo previo. Y tenía la presión de que habíamos hecho equipo con Carlos Espínola, que él ya tenía dos medallas y se había cambiado su categoría para correr conmigo. Y bueno, si perdía la medalla iba a ser culpa mía en un punto, ¿no? O sea, tuve un montón de presión y fue un gran alivio poder ganar la medalla

Fotos: Archivo
Fotos: Archivo

La de Beijing fue especial porque después de Atenas, Carlos y el equipo olímpico austríaco con el que entrenábamos juntos se querían retirar y yo los convencí de seguir. Y en vez de entrenar cuatro años preparamos la campaña olímpica solo en un año. Y fue un estrés. Llegamos con 45 días de entrenamiento, a último momento, y así todo pudimos ganar una medalla. Fue una campaña olímpica increíble, donde utilizamos mucho la creatividad, en la que Carlos fue mi gran profesor en esto de ser fríos y de confiar en nosotros cuando estábamos en el proceso. Yo decía “uy, no llegamos”, y el decía “tranquilo, llegamos de sobra”. Te transmitía una confianza increíble y bueno, pudimos haber ganado la medalla de oro. Ganamos cinco regatas de 12, hicimos un campeonatazo, y nos quedamos con otra de bronce.


Fotos: Archivo
Fotos: Archivo

Y la de oro, por supuesto, es la de oro. La gran enseñanza de esa medalla fue que yo estaba retirado después de 2008 y de una charla en la que me llamó Ceci (Carranza) para pedirme consejos, tomé la decisión de navegar con ella. Fue una de las decisiones más espontáneas que tomé en mi vida, sin una lista de pros y contras. Se ve que tenía la espina dentro de que no habíamos podido ganar una medalla de oro con Carlos; se ve que la tenía guardada y no me daba cuenta. Y le dije a Ceci “¿por qué no navegamos juntos?”, cuando estaba totalmente retirado hace muchos años y con laburo. No hubo un amigo o entrenador que no me dijera “¿vos estás loco o qué?”. Y, sin embargo, de esa decisión hecha con el corazón y con riesgos y aventura, desde adentro de todo, salió una de las experiencias más lindas de mi vida. Hoy estoy donde estoy gracias a esa medalla.


Fotos: Archivo
Fotos: Archivo

Se puede navegar solo o en equipo, más chicos o más grandes. Más allá de lo obvio, ¿cuál es la diferencia, competitivamente hablando?


Primero, creo que en el deporte moderno ya no existe el deporte individual. Hoy todos contamos con una estructura tan grande que, sí, entra a la cancha solo Djokovic, pero atrás de él hay mucha gente que hace que Djokovic sea Djokovic. Y en vela es lo mismo.

Pero bueno, navegar solo es diferente. Yo tuve la suerte también de, por haber sido muy longevo haber participado en cada Juego Olímpico en una disciplina diferente o con un barco diferente. Porque fui varias veces en Tornado, varias veces en Acra, pero el barco se fue actualizando y era prácticamente un barco diferente.

Y navegar solo es fascinante. Te encontrás solo en todo: en la parte mental, en los desafíos, en la presión. De hecho, en las Olimpíadas de Atlanta ‘96, uno de mis mayores errores fue haber planificado todo solo. Yo nunca había tenido un entrenador en toda mi vida y todo eso lo había hecho solo. Y cuando vino la presión, no tenía con quién compartirla. Eso fue lo que me dejó Atlanta.

Cuando navegás de a más tenés el desafío de hacer un equipo, pero compartís todo eso con otra persona. Todo es fascinante y eso es lo bueno de este deporte, el tener tantas disciplinas. A veces navegás solo, a veces de a dos y cuando vas a la Copa América son 150 personas, o la Vuelta al Mundo, que son 80, 60. Todo va cambiando muchísimo y eso te hace ampliar y disfrutar cada manera de tener que hacerlo.

¿Coincidís con que el deportista argentino tiene un gen diferente al de otros países? Si esa la palabra..


Sí, entiendo la pregunta. Creo que sí. Lo que yo observo es que para mí hay una división entre los países que tenemos menos recursos y los que tienen más. Creo que le preguntás a un uruguayo “che, ¿los uruguayos son aguerridos?” y te va a decir que sí. Y hay otras culturas de las que quizás no sabemos.

En nuestra metodología como equipo, nosotros siempre veíamos que teníamos menos condiciones que otros países que eran una potencia, ya sea europea o Estados Unidos o Australia. Lo veíamos y decíamos para adentro “esto nos va a hacer más fuertes. Cuando haya que definir algo, nosotros vamos a haber pasado por cosas que ellos no pasaron y nos va a hacer más fuertes.” E intuyo que quizás a alguien que corre para Kenia en la maratón le pasa algo parecido.

Argentina es un país tremendamente deportivo, donde el deporte es algo muy importante en nuestra sociedad y eso hace que nosotros vivamos nuestros equipos nacionales de esa manera. Creo que la gente que llega lejos como deportista en Argentina, ya sea un futbolista o la Generación Dorada de básquet, es un milagro. Cuando ves el documental o lo ves a ellos, lo que hicieron esos tipos, es un milagro. O sea, la palabra milagro entra de lo que hicieron.

O lo de Colapinto ahora


Y, sí. Entonces, está claro que somos una nación, probablemente con la mayor cantidad de clubes del mundo. O sea, la gente acá va el fin de semana al club, en cada pueblo hay un club de barrio. Eso no existe en otro lugar. En todos los países que estuve, no vi eso. Hay una cultura de club. Eso hace que todo el mundo entienda algún deporte y lo viva. Y todos nuestros atletas salen de esos clubes, por lo tanto nos sentimos identificados. Después, cuando los vemos competir, somos muy conscientes de dónde salieron esos tipos y dónde están. Messi, de dónde salió y dónde llegó Agüero, Tévez, todos.

No hay un ejemplo en el que no digas “qué meritorio lo que hicieron”. Creo que todo ese combo hace que seamos grandes admiradores de nuestros equipos nacionales, y saber que nuestros atletas van a dejar el “con gloria morir” bien alto.

Todos soñamos con que Argentina esté mejor de lo que está y es una expresión de ese deseo. Porque Argentina es un país alucinante, con gente alucinante y sabemos que podemos estar mejor. Hoy en día lo vemos a Colapinto y decimos “sí, qué bueno que esté pasando esto” y nos alegra enormemente. Y si podemos tomarnos un vuelo a Brasil, vamos a ir y vamos a alentar.

Nunca me pude ir de la Argentina, siempre quise volver acá y siempre quise vivir acá. Es mi país, mi tierra. Y tengo un enorme deseo de que entre todos podamos cambiar las cosas y tener un país mejor, porque creo que realmente da para eso.

Siguiendo un poco por ese camino, ¿cómo ves el presente y el futuro del deporte argentino en general, en medio de esta situación económica y política que está atravesando el país?


Un poco está en la respuesta anterior. Yo creo tremendamente en los clubes. El poder de los clubes es increíble, tanto para nuestros futuros talentos como también para ayudarnos a volver a forjar ciertos valores que, sin darnos cuenta, estamos perdiendo, como el respeto, la disciplina, la constancia, el trabajo. Ojalá algún día utilicemos ese vehículo que son los clubes en nuestra sociedad para trabajar grandes valores, porque el deporte creo que es una herramienta tremenda para forjar valores.

Así que siempre tenemos eso, el semillero va a estar siempre. Somos una nación deportiva, con una gran oportunidad en los clubes. Después, de ahí para adelante, es más difícil, porque hoy no tenemos la infraestructura que tienen otros países ni el dinero, entonces se hace el camino más difícil y así salen estos atletas únicos que tanto admiramos y que tanto nos gusta ver por tele, que van a dejar todo en cada jugada. Creo que eso sale de un sistema que para llegar arriba cuesta mucho.

Ojalá las cosas cambien, pero tenemos, sin duda una, una base de la pirámide, que provee gente en todos los deportes; gente increíble y con mucha pasión, que es gran parte de la ecuación.

Viajás mucho más, trabajás con gente del exterior y viviste también en Inglaterra cuando estuviste estudiando. ¿Qué pudiste valorar a la distancia de la cultura argentina, más allá del deporte?


Muchísimas cosas. Cuando uno ve de afuera, tenemos un país alucinante. Geográficamente tenemos todo: norte, sur, glaciares, selva, minería, pesca. ¿Qué más querés? Y te das cuenta que tenemos todo. Y tenemos una gran sociedad también, gente muy inteligente. Lo vemos en todos los ámbitos, hay gente brillante en Argentina. Yo lo valoro.

Nunca me pude ir de la Argentina, siempre quise volver acá y siempre quise vivir acá. Es mi país, mi tierra. Y tengo un enorme deseo de que entre todos podamos cambiar las cosas y tener un país mejor, porque creo que realmente da para eso.

En lo personal creo que un gran valor que tenemos los argentinos es la amistad. Es una sociedad súper, súper hospitalaria. Todos nosotros conocemos a alguien que invitamos a nuestra casa. O sea, va a pasar, va a pasar un turista por la calle y todos le vamos a ofrecer una mano. Creo que ese es otro de los valores que tenemos que pueden ayudarnos a cambiar las cosas. A mí me impresiona.

El otro día fui a dos fundaciones, Capitanes de Barrio y Bote al Agua; gente que da mucho de su tiempo para ayudar. Eso pasa en Argentina. Por eso creo que siempre va a haber una salida.

Como decías un poco, si no hubiese sido por la lluvia esta nota lahubiésemos hecho en el en el Club Náutico e San Isidro, en tu barco. ¿Qué es el Náutico para vos?


Es mi casa. Tan simple como eso. Es mi casa, mi lugar. El río es mi lugar. No solo el Náutico. Yo también soy del Yacht Club Argentino, donde nací y donde me formé como atleta y como navegante. El Río de la Plata es algo muy especial para mí. Es mi lugar.

Bien. Te quería proponer un juego, sin presión. ¿Quiénes son para vos los cinco deportistas argentinos más importantes de la historia?


Messi. Desde siempre lo admiré profundamente, porque me siento muy identificado con lo fácil y con lo auténtico que es, más allá de sus habilidades, que son obvias. Siempre me encantó lo natural que es. Y me parece que eso es fundamental para ser un gran deportista y llegar a donde uno sueña.

Y después hay un montón de leyendas. Yo seguí muy de cerca de Monzón; creo que vi todas sus peleas cuando era chico. Ginóbili, por supuesto. Pero no lo quiero dejar solo, porque que me fascina es La Generación Dorada. Como un grupo de gente se unió en Bahía Blanca, en un club de barrio y generaron un sueño en conjunto. Y lo supieron mantener a tal punto que hoy, 20 años después de hacer lo que llamamos al principio de esta entrevista, un milagro, pueden irse a comer un asado todos juntos.

Y lo viste de cerca. Eso fue en Atenas.


Nosotros ganamos medalla el mismo día. Cuando volvimos, estaban esperándonos. Así que a ellos los tomo como un grupo.

¿Quién más? Bueno, obviamente Fangio; y Vilas también. Vilas fue también muy contemporáneo, lo veía muy de cerca.

La pena de esta respuesta, también, son aquellos anteriores que no conocimos. Di Stefano quizás era increíble y conozco un poco de él.

¿Qué creés que es lo mejor que tiene la Argentina como país?


Uf. Creo que tenemos un una tierra, una geografía que nos puede dar todo para que todos los que vivamos en ella seamos felices y tengamos una vida espectacular.
Publicado 20/11/2024
Por Lucas Argüelles
Volver arriba
Garmin - Vertical - 1.11.2024
Garmin - Vertical - 1.11.2024
Más leídos
Medalla de Oro a la ca...
Ciencia e Industria
El frigorífico Azul Natural Beef, a través de su marca DEVESA, participó del Wor...
La yunga salteña: Lejo...
Viajes y Gastronomía
La selva de Salta, en el noroeste de Argentina, es un ecosistema que se destaca ...
Plaza Hotel: El lugar ...
Viajes y Gastronomía
El 15 de julio de 1909 no faltó nadie a la inauguración del primer hotel cinco e...
Registrate para recibir novedades
Garmin - Vertical - 1.11.2024
Garmin - Vertical - 1.11.2024
Garmin - Horizontal - 31.10.2024
Garmin - Horizontal - 31.10.2024

¿Algún comentario? Dejá tu opinión en esta nota y más.


Estas son las notas preferidas de nuestros lectores

Disfrutá de estos y otros contenidos de Argentime
Palmeras: la nueva fuente de biodiesel
Ciencia e Industria
A esta altura el término biodiesel es algo bien conocido, especialmente en Argentina, uno de los mayores productores de este combustible en el mundo...
Mauro Colagreco: El hombre de las 3 estrellas
Historias
Se trata de uno de los cocineros más prestigiosos del planeta. A lo largo de 20 años cosechó reconocimientos de todo tipo y a comienzos de 2019 lleg...
El Museo Nacional de Bellas Artes
Arte y Cultura
El Museo Nacional de Bellas Artes es uno de los más importantes de Latinoamérica. De sus 166 obras iniciales, pasó a atesorar hoy una colección de 1...
Horacio Pagani: Orgullo argentino
Entrevistas
La historia del diseñador Horacio Pagani es una de esas que hacen sentirnos orgullosos simplemente por haber nacido en el mismo país. Desde Casilda,...
Alejandro Bustillo: El arquitecto nacional
Historias
El hotel Llao Llao, la Rambla de Mar del Plata, el Banco Nación, el Palacio Duhau, el Monumento a la Bandera, y la lista parece continuar infinitame...