A 1470 kilómetros de Bs. As., “un lugar, cientos de imágenes y paisajes por descubrir durante todo el año”. Una zona en donde la meseta patagónica y el mar se unen, permitiendo combinar salidas de aventura y la exploración de la más diversa fauna. En ese sentido, desde la década del ’50 el buceo se sumerge a un mundo nuevo, gracias a la gran transparencia del agua y la abundancia de vida marina.
Por un lado, el ecosistema típico patagónico permite descubrir meros, turcos, sargos y salmones de mar, como así también estrellas, erizos, esponjas y una gran variedad de algas. El snorkeling es una alternativa de baja dificultad, que puede llevarse a cabo durante todo el año, brindando la posibilidad de codearse con lobos marinos. A su vez, el abanico de opciones es extenso: bautismo submarino -sin conocimiento previo-, buceo para quienes estén certificados, cursos y hasta la carrera de instructor.
Siguiendo en el agua, salidas en kayak: breves o de jornada completa, la misma sensación de sentirse parte del golfo y acompañar el tenue movimiento de las olas. Entre 3 y 4 horas de salida para cubrir hasta 7 kilómetros junto a lobos marinos, hasta encarar una expedición de 3 días o una semana a Península Valdés, las variantes que también contemplan el alquiler -en el caso de que sea temporada de ballenas, de julio a diciembre, acompaña personal responsable-. Windsurf, kitesurf y stand up, desde ya, para aprovechar los vientos del sur.
Las dos ruedas dicen presente con el mountain bike, en una geografía muy rica con distintos recorridos. “Hay distintos niveles de dificultad que permiten observar la lobería de Punta Loma y Cerro Avanzado. Y si se busca una orilla silenciosa y salvaje, la opción es dirigirse hacia el norte, hasta el Área Natural Protegida (ANP) El Doradillo, donde se podrá apreciar las ballenas de junio a octubre, y disfrutar de una bicisenda agreste con cartelería interpretativa durante todo el año”, remarcan desde la Secretaría de Turismo.
Un entorno excepcional
La Península Valdés integra, desde 2001 -Ley Provincial XI N° 20- el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas. Se ubica al noreste de la provincia con una superficie terrestre de más de 4.000 km2. y una superficie marina cercana a los 3.500 Km2, con sus costas conformadas por playas, acantilados y restingas, bañadas al sur por el Golfo Nuevo, al norte por los golfos San José y San Matías, y al este por el océano Atlántico.
Tiene la particularidad de que el 98% de su superficie total es de propiedad privada: son estancias ganaderas fundadas a finales del siglo XIX que se dedican a la cría de ovejas merino para la producción de lana fina para exportación.
A 22 kilómetros del ingreso a la península, un paso obligado es el Centro de Visitantes Istmo Carlos Ameghino, para interiorizarse sobre los atractivos que ofrece el área, recibir sugerencias de los sitios a visitar, horarios, presencia de fauna, estado de los caminos, de las mareas y del puerto, entre otros puntos.
Puerto Pirámides es el único centro urbano dentro del área, que posee servicios básicos como abastecimiento de combustible, alojamientos, señal de teléfono, cajero automático y gastronomía-, y el único lugar de la provincia donde se realiza el avistaje embarcado de la Ballena Franca Austral, de junio a diciembre.
A escasos kilómetros de allí, Punta Pirámide, también conocida como “Lobería”, que ofrece una vista panorámica imperdible del Golfo Nuevo, hábitat de reproducción y cría de la Ballena Franca Austral. Desde un acantilado ubicado a 50 metros de altura se puede apreciar un apostadero de lobos marinos de un pelo y distintas especies de aves marinas y terrestres. El sitio posee un gran valor geológico por la abundancia de registros fósiles, además de ser uno de los pocos puntos del país donde se puede ver cómo el sol se oculta en el mar durante las temporadas de otoño e invierno.
A 800 metros de la costa, la Isla de los Pájaros, declarada como zona intangible desde 1967 por la diversidad de aves migratorias que nidifican ahí. Posee un gran valor biológico ya que es un área reproductiva de diez especies de aves marinas y costeras como la gaviota cocinera, cormoranes roqueros, biguas, ostreros, garzas blanca y bruja, pato vapor, pato juarjual y Pingüinos de Magallanes.
En Caleta Valdés -a 75 km. de Puerto Pirámides- también se podrá observar una colonia de pingüinos de Magallanes que llega a la zona para reproducirse desde septiembre a abril, mientras que en la zona sur de la caleta se encuentra otra reserva de fauna silvestre, Punta Cantor. Y a 50 kilómetros de allí, Punta Norte, con su colonia reproductiva de lobos y elefantes marinos, y las espectaculares orcas que realizan sus varamientos intencionales en marzo y abril. ¡Un espectáculo único!
Explorar el Territorio
“Exclusividad boutique”, es la propuesta que destaca a Hotel Territorio, una opción sumamente atractiva para hospedarse en Puerto Madryn. Ubicado a dos kilómetros del centro de la ciudad, en Punta Cuevas (Península Valdés), con una vista privilegiada al Mar Argentino, ofrece 38 habitaciones de cinco categorías, para dos o tres personas, y desayuno a la carta incluido.
Un punto alto del lugar es que cuenta con bar y cava de vinos de la Patagonia, ofreciendo una amplia variedad de opciones para acompañar platos característicos de la región, tanto en el almuerzo como en la cena. “Austeridad y elegancia se conjugan en un espacio ideal de descanso luego de disfrutar de la diversidad de atractivos, el paisaje y la naturaleza única de Puerto Madryn”, invitan.
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