La transformación del zoológico en Ecoparque se enmarca en una tendencia global de reconsideración del rol de los zoológicos en la sociedad moderna. Las preocupaciones sobre el bienestar animal y la necesidad de promover una mayor conciencia ambiental impulsaron el cierre del zoológico en 2016. En su lugar, entonces, se concibió el Ecoparque, un espacio que busca fomentar la educación ambiental, la conservación de especies y la investigación científica.

El cambio no fue solo estético. En lugar de exhibir animales en jaulas o recintos cerrados, el nuevo enfoque del Ecoparque se centró en la creación de un espacio verde interactivo donde los visitantes pueden aprender sobre la fauna y la flora de manera respetuosa y educativa. En este contexto, los animales que aún residen en el parque no son vistos como atracciones, sino como embajadores de la conservación.

Uno de los principales objetivos del Ecoparque es la rehabilitación y reubicación de los animales que anteriormente vivían en el zoológico. En su primera etapa, el parque comenzó un proceso de reubicación de muchos de sus residentes hacia santuarios, reservas y centros de conservación en Argentina y otros países. Aquellos animales que no pueden ser trasladados debido a razones de salud o edad, permanecen en el parque bajo un estricto programa de cuidado y bienestar.

El Ecoparque de Buenos Aires se ha convertido en un espacio de aprendizaje y concientización para sus visitantes. Uno de sus pilares fundamentales es la educación ambiental, que busca transmitir valores de respeto por la naturaleza y sostenibilidad. El parque ofrece talleres, charlas y visitas guiadas que abordan temas como la biodiversidad, el cambio climático y la importancia de la conservación de los ecosistemas.

El Ecoparque de Buenos Aires es también un ejemplo de cómo las ciudades pueden integrar la sostenibilidad en su planificación urbana. Al estar ubicado en una zona altamente transitada de la ciudad, el parque actúa como un pulmón verde, ofreciendo un espacio de esparcimiento y contacto con la naturaleza para los ciudadanos. Se ha priorizado el uso eficiente de los recursos, con proyectos de energías renovables, reciclaje y gestión eficiente del agua.

El diseño del parque está orientado hacia la sostenibilidad, con senderos ecológicos, áreas de cultivo y jardines que promueven la flora autóctona. De esta manera, no solo se protege la fauna, sino que también se fomenta la revalorización de la flora nativa, lo que contribuye a la preservación del paisaje natural de la región.

A pesar de estos desafíos, el Ecoparque de Buenos Aires se perfila como un modelo a seguir para otras ciudades de América Latina y el mundo. Su enfoque innovador, que combina conservación, educación y sostenibilidad, refleja una visión más ética y responsable en la relación entre los seres humanos y la naturaleza.

En los próximos años, se espera que el parque continúe evolucionando, incorporando nuevas tecnologías y ampliando sus programas de conservación y rehabilitación, con el objetivo de convertirse en un referente global en la lucha por la preservación del medio ambiente y la biodiversidad.