La riqueza cultural y turística catamarqueña tiene forma de trípode y está conformado por la Ruta del Vino, que comienza en la localidad de Tinogasta y se extiende 50 kilómetros sobre la Ruta Nacional 60, al igual que la Ruta del Adobe, que tiene una extensión de 55 kilómetros, también sobre la Ruta Nacional 60, desde Tinogasta hasta la entrada de Fiambalá. La riqueza arqueológica de las construcciones que la componen, fabricadas con una mezcla de arcilla, tierra, agua y pasto que muchas veces los diaguitas amalgamaba con sangre de animal como coagulante, fueron declaradas “Monumento Histórico Nacional”. Gracias a su manera de fabricación, este compuesto permite aislar muy bien al interior de las casas de las temperaturas exteriores extremas.
Actualmente el creciente polo vitivinícola de Catamarca se encuentra en el oeste de la provincia, con una extensión de unos 50 kilómetros, también desde Tinogasta hasta Fiambalá. La propuesta enológica de Catamarca es más nueva y mucho más informal que, por ejemplo, la de su vecina Salta. Se trata de bodegas, en su mayoría más bien boutique, es decir jóvenes, pequeñas y con la riqueza de ser artesanales. La Ruta del Vino, también es popularmente conocida como “el Valle de los Viñedos”.
La exportación de vinos argentinos trepó el año pasado a 395 millones de litros, con un crecimiento del 26,7% con relación al año anterior y es el volumen más alto exportado de los últimos doce años, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Casi todas las visitas a las principales bodegas incluyen el servicio de guías, degustación de vinos y restaurante.
San Fernando del Valle de Catamarca: Bodega Michango.
Santa María: Santa María de la Vid, Bodega Alta Esperanza.
Tinogasta: Altos de Tinogasta, Bodega Don Diego, Cabernet de los Andes, Bodega Cuello, Bodega Saleme, Bodega Michango, Finca Tierras Catamarqueñas, Bodega Don Hierro, Finca Rodríguez Ferrero, Vinos Dunas.
Belén: Bodega Hualfín, Bodega Alta Esperanza.
Andalgalá: Finca El Symbol
Vale la pena conocer el Oratorio de las Roqueras (1747), en la localidad de El Puesto (Dto. de Tinogasta); la Capilla y Residencia del Mayorazgo de Anillaco, y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (1712, la más antigua), también en Tinogasta; y la Comandancia de Armas, en la localidad de Fiambalá.