Todo comenzó en 1981, cuando Alejandro Battro, que hasta ese momento trabajaba en canchas de golf del Jockey Club, fue invitado por Marcos Uranga, capitán en ese momento del Jockey, a asesorar las canchas de polo del club. Al poco tiempo Uranga recaló como presidente de la Asociación Argentina de Polo y convocó a Battro para trabajar en el Campo Argentino de Polo.
En 1990 la empresa dio otro de sus grandes pasos, cuando comenzó a prestar servicios en el exterior. Inicialmente en la zona de Sotogrande, España, y luego en otros clubes de distintos países. Con el tiempo también llegaron a asesorar -y lo hacen al día de hoy- a clubes de futbol de primera categoría, canchas de golf de primer nivel, canchas de rugby, hípicos e hipódromos y otros proyectos fuera del polo.
A lo largo de los años la dinámica del polo cambió y el manejo de las canchas se vio obligado a evolucionar también. Los resultados obtenidos en Argentina hicieron que la actividad de asesoramiento sea cada vez más demandada, por lo que BPF comenzó a expandirse y prestar servicios a los mejores clubes y a los jugadores más importantes, que no solo lo recomendaban para sus propias canchas, sino también para mejorar las que había en el exterior. Hasta la fecha, BPF ha asesorado a más de 800 canchas en 44 países, incluida la Triple Corona (los Abiertos de Tortugas, Hurlingham y Palermo) en Argentina, y los clubes y torneos de polo más relevantes a nivel mundial.
Alejandro Battro, fundador de BPF
“En un principio no existía ninguna experiencia en manejo de canchas de polo; todo era ‘prueba y error’ y sentido común. Una de las claves para la evolución fue la observación continua e intensiva de cada partido: analizar las pisadas, el desplazamiento de la bocha y el comportamiento de los caballos. También fue de gran ayuda la conversación de los jugadores después de cada practica y los partidos.”, cuenta Alejandro Battro. “De a poco fuimos incluyendo nuevos manejos, diseños y adaptaciones de maquinaria; la incorporación de arena y selección de céspedes adaptados a distintas situaciones, entre otras cuestiones. Y así seguimos perfeccionándonos día a día con los nuevos desafíos que siempre se presentan.”, completa.
¿Pero cuál es la clave para poder tener una buena cancha de polo y mantenerla en las mejores condiciones? “Lo fundamental para que todo funcione correctamente es formar un buen equipo, no solo con los integrantes de BPF, sino también con el club y el encargado de las canchas.”, asegura Battro.
“La lógica de los trabajos a realizar es sumamente importante, priorizando como punto fundamental la seguridad de los jugadores. El objetivo principal en el manejo de la cancha es lograr una superficie segura para el jugador y caballo y contribuir al despliegue del juego en todo su potencial.”, aporta Alejandro Domínguez, integrante del equipo del BPF. “Los comentarios de los jugadores luego de los partidos es algo sumamente importante, ya que nos detallan como sintieron la cancha, permitiéndonos correlacionarlo con la información que nos proveen los instrumentos de medición y nuestra experiencia. Así logramos ponerle un valor a una sensación y poder actuar en consecuencia con la certeza de saber si una cancha está en condiciones para jugarse de una forma segura o no.”
Alejando Domínguez, integrante del equipo de BPF
La realidad es que no existe una receta para lograr un buen mantenimiento de las canchas. Las situaciones de clima, plagas y otra gran cantidad de situaciones varían cada año y hay que estar atento para prevenir problemas futuros en la temporada. Se trata de un trabajo preventivo, es anticiparse a lo que puede llegar a suceder, algo que la experiencia ganada a lo largo de tantos años y los profesionales en el equipo supieron dominar.
Argentina es sinónimo de excelencia en polo en todo el mundo. Y Battro Polo Fields está a la par de ese estándar. “Trabajar para los mejores jugadores y clubes de nuestro país durante la temporada local nos pone la vara bien alta y estamos felices de tener ese tipo de desafíos. Esto es algo que nos apasiona. Si no fuera así, nos sería imposible resistir la alta demanda y responsabilidad que conlleva. Esto no significa que fuera de Argentina esa vara baje, sino que estamos acostumbrados a trabajar con ese nivel de responsabilidad y es así como lo hacemos en cada lugar donde vamos, sea el nivel de polo que se juegue. Somos un engranaje más de todos los que participan en el desarrollo de este deporte.”, asegura Gonzalo Ray.