El aceite de oliva argentino deja su sello de calidad con reconocimientos a nivel mundial, pero con la firme necesidad de potenciarse y retomar la senda del crecimiento.
En diciembre de 2021 se dio a conocer el ranking de los mejores productores de aceite de oliva extra virgen a nivel mundial. Y una empresa mendocina se ubicó en la cima del EVOO (Extra Virgen Olive Oil) World Ranking: Olivícola Laur-Millán.
“La noticia nos llenó de orgullo y emoción, venimos desde hace muchos años trabajando muy fuerte en pos de la calidad y, en consecuencia, tímidamente escalando puestos”, aseguró Gabriel Guardia, enólogo especializado en aceite de oliva y gerente general de la compañía, que actualmente produce más de 600 toneladas y cerca de un millón de botellas al año.
Fundada en 1889, en 2021 alcanzó 92 premios en 13 concursos internacionales, sumando un total de 4918 puntos, mientras que el año anterior también se subió al podio del mismo ranking (n°3). En la misma línea, en el top 100 de la última edición aparecen otros tres productores argentinos: Establecimiento Olivum S.A., en el puesto N°26; Agropecuaria El Mistol S.A., en el N°70; y Solfrut S.A., en el N°78.
La realidad indica que la Argentina tiene un producto destacado para comercializar y los números parecen encaminarse para recuperar el terreno perdido. En el período que comprende enero a septiembre de 2021, se obtuvo un aumento de las exportaciones en un 15.4% en comparación al mismo período del año anterior: 19.8 millones de kilos frente a 17.2 millones de kilos. Siguiendo esa línea, el valor FOB en dólares también se incrementó en un 62.4% de un año a otro.
¿Cuál sería la exportación ideal?
Según hectáreas plantadas, US$520.000.000, teniendo en cuenta que el aceite de oliva fue uno de los productos que en 2021 pasaron a tener un derecho de exportación con alícuota 0%. El país tiene el potencial de alcanzar 688.000 kilos de fruta para elaborar 206.400 kilos de aceituna de mesa y 72.240 kilos de aceite de oliva.
De todas maneras, todavía se está lejos de alcanzar los 35 millones de kilos anuales que se exportaban previo al 2017, junto a otra cifra como un gran llamado de atención: en la última década, Mendoza ha perdido el 50% de sus plantaciones. Es por ello que, desde hace tres años, se está trabajando para que la provincia pueda convertirse en la primera denominación de origen de aceite de oliva virgen extra (AOVE) de Argentina, para revalorizar la tarea y generar un valor agregado a los productos.
El desafío es el de potenciarse y retomar la senda del crecimiento.
Extra virgen, el mejor aceite de oliva para consumir
En términos de calidad, esta variante se destaca sobre el resto por su nivel de acidez: según el Código Alimentario Argentino, debe ser menor al 0.8%. En el caso de los virgen fino, ese número oscila entre 0.81% y 2.2%; los corrientes ascienden de 2.2% a 3%; mientras que los lampantes tienen una base de 3%, aunque no son aptos para el consumo humano si no son refinados.
Mientras más bajo es el porcentaje de acidez, más sano es el aceite de oliva, es decir, mientras más verde la aceituna, más contenido de polifenoles. Se necesita tener muchísimos cuidados de higiene y de buen trato de la fruta para que no se deteriore: existe un minucioso análisis por parte de un panel de cata -se hace en vasos azules para que el color no influya en la percepción- que se asegura de que no exista defecto alguno en aroma y sabor. El color –y el perfil– del aceite lo da el momento de la cosecha y la variedad de aceitunas.
Regla número uno: no rellenar botellitas con aceite. Al traspasar el líquido, se oxida y es inevitable que pierda sus atributos o se degrade. En España suprimieron las aceiteras en las mesas de los restaurantes y los envases que se vuelven a rellenar.
El oliva es sensible al aire, al calor y a la luz. Mejor mantenerlo en un lugar oscuro y seco.
Una vez abierto, conviene terminarlo a los 90 días. Cerrado no resiste intacto más de seis meses, y al cabo de un año empieza a dejar de parecerse a sí mismo.
Historia centenaria
En las afueras del pueblo riojano de Aimogasta, en el departamento de Arauco, todavía permanece el único olivo sobreviviente a una tala masiva -aparentemente- ordenada por el rey Carlos III de España, tres siglos atrás. Las noticias de una nueva variedad de aceituna de excelente calidad, más sabrosa y carnosa que la europea, llegaron a oídos del monarca, lo cual habría desencadenado la matanza desde el Alto Perú hasta el Río de la Plata.
Lo cierto es que el ejemplar de 400 años es el más añoso del continente, historia viva de la tradición olivícola argentina como así también chilena y peruana. Declarado Monumento Histórico Nacional, en 1980, y "árbol histórico nacional" según establece el decreto 2235/1946, por haber sido responsable de diseminar la olivicultura en Sudamérica y, tal como se mencionó, por ser la única "planta que quedó viva de la tala que mandó a hacer el rey Carlos III en el siglo XVII".
¿Sabías qué? En 1954, el slogan “Haga patria, plante un olivo” fue parte de una promoción que dio un gran resultado: los argentinos llegaron a consumir unos 4 litros de aceite de oliva anuales por persona.
En el Top 10
Argentina está entre los 10 productores a nivel mundial y es el primero en América: según datos de la Federación Olivícola Argentina (FOA), los principales consumidores del aceite de oliva argentino son España, Brasil, Estados Unidos, Uruguay y Bolivia.
Sin embargo, su consumo a nivel nacional es de 250 a 300 cm3 anuales per cápita, mientras que en España se registran 15 litros por persona: se trata del país que encabeza el ranking ya que produce el 50% del aceite que se consume **¡en el mundo! **
Principales variedades que se cultivan en Argentina.
Existen unas 2000 variedades de aceituna: el Banco Mundial de Germoplasma, en Córdoba (Andalucía), atesora 885 muestras. Están las “conserveras” –ideales para producir aceitunas de mesa-, las “aceiteras” –con las que se elabora el aceite– y las “doble propósito”.
Aquí en el país pueden encontrarse:
• Arauco. Procedente de Valencia. Da un aceite frutado, complejo e intenso, de amargor y picor notables. También se utiliza como aceituna de mesa.
• Frantoio. Produce el típico aceite de La Toscana. Se percibe frutada y herbal, con un amargor amable y bien picante.
• Arbequina. De origen catalán, da un óleo algo frutado, de nivel bajo de picantes y amargos. Armonioso y suave.
• Empeltre. Su origen es Aragón. Es una aceituna de la que resulta un aceite muy afrutado.
• Manzanilla. Proviene de Andalucía. Su aceite es amargo y picante.
• Changlot. Proveniente de Valencia, esta oliva da aceites frutados, de intensidad media.
• Coratina. Su origen es la Puglia. Tiene carácter herbal, mientras que su óleo es intenso, amargo y picante.
• Farga. El aceite que resulta de esta aceituna tiene gran complejidad aromática, bajo amargor y picor.
• Picual. De Andalucía. Da un óleo frutado, intenso y complejo. Tiene un nivel de picor intermedio.
• Barnea. Proviene de Israel. Equilibrada, de intensidad media.
• Koroneiki. Originaria de Grecia. Muy apreciada por su carácter aromático.
• Arbosana. Procedente de Cataluña. Armonioso, de intensidad media.
- Fuente: www.soloporgusto.com