La comida coreana suma adeptos y traspasa las fronteras de los barrios porteños donde reside la mayor parte de la comunidad de ese país. Te presentamos 10 lugares para disfrutar una experiencia gastronómica distinta.
“La gastronomía coreana tiene 5.000 años de historia y al menos 500 platos típicos. Como hubo momentos de gloria y otros de mucha pobreza, la cantidad y la diversidad es muy abundante”. Las palabras de Pedro Rim -creador del restaurante Kikiriki-, en el marco de la Semana de la Cocina Coreana 2022, sirven para resumir la esencia de una propuesta que cada vez toma más protagonismo por estas lados.
“La palabra hansik significa cocina coreana y a diferencia de la gastronomía occidental, que suele presentarse en pasos, se expone todo junto en la mesa al mismo tiempo”, explicaban desde la Asociación Civil de Gastronómicos Coreanos Hansang, entidad que llevó a cabo el evento -con un circuito de más de 30 restaurantes porteños- para celebrar el 60° aniversario de las relaciones diplomáticas entre Corea y la Argentina.
Lo cierto es que el concepto se sustenta en la “mezcla” de comida. Al bap -arroz cocido- como base, se le suman varios acompañamientos que hacen al banchan: vegetales, carne, pescado, fideos y condimentos, con bastante protagonismo del ajo, del ají molido y del picante. Y entre las preparaciones más destacadas se presenta el kimchi, una especie de guarnición a base de verduras fermentadas con mucha salsa, que presenta más de 100 variantes y que, como si fuera poco, hace un aporte a la salud: los probióticos que se producen durante su fermentación fortalecen el sistema inmunológico y favorecen la digestión.
¿El postre? Suele ser una fruta o mismo un té, aunque puede aparecer alguna “masita” como el tteok -de arroz- o el hangwa -dulce tradicional festivo-, que también se consumen durante todo el día. El sikhye -a su vez conocida como dansul o gamju- es una bebida dulce de arroz muy popular que, generalmente, se consume luego de comer.
Un repaso de las instancias que nacieron de una cocina tradicional y de puertas cerradas, comandada por madres y abuelas buscando preservar los sabores de antaño, a una apertura impulsada por una segunda generación que habla español y con amigos argentinos. Así surge una lista de 10 restaurantes que vale la pena visitar para codearse con opciones diversas e ir por una experiencia interesante.
Hay más de 60 restaurantes de la bandera asiática, dispersos por distintos rincones: en el pasaje Ruperto Godoy, en Flores, en el microcentro porteño, como así también en Palermo y en Chacarita.
¡Una canción coreana! (Carabobo 1549). Su nombre viene de una película documental de dos directores argentinos, Yael Tujsnaider y Gustavo Tarrio, que cuenta la historia de una mujer -Anra Chung- que lleva adelante el negocio junto a su suegra -Seung Ja Joo-. “Las comidas son todas caseras, muy tradicionales de Corea, y muy sabrosas para los no coreanos”, se presentan. Existe un menú llamado “Armonía Principiantes” para quienes todavía no se han aventurado a este tipo de cocina.
Fa Song Song se ubica en el microcentro porteño -Esmeralda 933-, una opción que propone una excelente relación precio-calidad, con los mariscos dando la nota (Haemul Pajeon).
Cerca de allí, en Retiro -Paraguay 844-, Mr. Ho. "Con ayuda de las Olimpíadas de 1988, del Mundial de 2002 y ahora con el K-pop, las series de Netflix y las telenovelas coreanas, se despertó muchísimo la curiosidad de la gente", decía Martín Ho en una entrevista junto a La Nación. El dueño de este local -que llegó al país en 1977, se dedicó a la venta de ropa y en 2017 abrió un local de comidas en Flores, que luego trasladó a Retiro- ganó la edición 2021 del concurso de gastronomía de Buenos Aires Celebra.
“Difundiendo la cocina coreana en Zuti”, dice su dueña y chef, Marisa Zuti, sobre su propuesta con sede en Palermo (Honduras 5615), en donde también dice presente Maniko (Thames 1780) con “fried chicken & beer”.
Siguiendo esa línea, se sitúa Kikiriki (Terrero 1525, La Paternal) con un delicioso pollo frito acompañado de unas buenas cervezas, con una terraza al aire libre. "Somos una marca con muchas ganas de que tu paladar descubra el verdadero pollo frito estilo coreano", enfatizan.
En Chacarita (Roseti 177), “comida coreana poco convencional” de la mano de Nanum, creado por Marina Lis Ra -quien hizo sus primeros pasos en Niño Gordo-. De vuelta a los “orígenes”, en Flores (Carabobo 1537), Casa Feliz invita a explorar “la magia de la comida coreana” y despeja ciertas dudas. “¿Todo es picante? Falso. ¿No hay opciones vegetarianas? Falso. ¿El arroz es el mejor acompañamiento? Verdadero”, sentencian.
También por allí, Kyopo (Aranguren 3053) con Pablo Park, entre los clásicos y la comida fusión con toques del Sudeste Asiático y Europa; y en Urijib (Cuenca 954), parrilla estilo coreana, el asado sale con kimchi y con banchan, los acompañamientos o guarniciones clásicos.
Con la cocina asiática instalada en el paladar de los argentinos, con la comida china y el sushi entre los principales exponentes, llegó el momento de decir ¡Hansik!
Desde 1965 -con el arribo de los primeros inmigrantes que se instalaron en la Patagonia- hasta principios de la década de los ’90, se estima que alrededor de 40 mil coreanos pusieron un pie en la Argentina. Hoy ese número se redujo a la mitad, “conformando así la colectividad coreana más grande de la América hispanoparlante, tan sólo superada por la de Brasil”, tal como consigna el periodista especializado en gastronomía, Rodolfo Reich.
La gran mayoría se encuentra en la ciudad de Buenos Aires, en Flores y Floresta, lo que se conoce informalmente como el barrio coreano. Hay más de 60 restaurantes de la bandera asiática, dispersos por distintos rincones: en el pasaje Ruperto Godoy, en Flores, en el microcentro porteño, como así también en Palermo y en Chacarita. ¡Un boom que continúa en expansión!
Hansang
Se trata de una asociación civil sin fines de lucro compuesta por restaurantes, cocineros, chefs, pasteleros, panaderos y empresarios de la gastronomía coreana en el país, que buscan "alentar al intercambio cultural mediante recetas de platos típicos para adaptarlos al paladar nacional, así como la reinterpretación de comidas clásicas argentinas con ingredientes y productos asiáticos".
