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Juan Manuel Fangio: El mito que no deja de crecer
Por Lucas Argüelles
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Ya se cumplieron 28 años de la desaparición física del Quíntuple, uno de los más grandes pilotos de autos de todos los tiempos. Gracias a sus hazañas deportivas y su estirpe, se ha convertido en un modelo de valores inoxidables, incluso para los corredores actuales.
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“¿Sabés cuántas personas manejan en el mundo? Millones. ¿Cuántas licencias se otorgan para pilotos de carreras? Miles. Pero sólo algunos cientos son competitivos. Y dentro de esos, sólo hay algunos que son realmente buenos. Y después viene la Fórmula 1. Hay apenas 21 pilotos en la Fórmula 1. De esos 21, sólo seis son realmente muy buenos. Y de esos, sólo tres son excepcionales. Y, generalmente, sólo hay un genio. Fangio fue el mejor de todos ellos. El mejor de todos los tiempos”.

Estas palabras de Jackie Stewart –piloto escocés tricampeón de Fórmula 1-, las cuales se pueden ver y oír en el documental “Fangio: El hombre que domaba las máquinas”, dispuesto en la plataforma online de Netflix, resumen a la perfección tanto la esencia de la Fórmula 1, como el lugar que ocupa el balcarceño en la historia de esta exclusiva disciplina.


Resulta un juego habitual, tan entretenido como potencialmente polémico, encontrar y discutir sobre los máximos referentes deportivos en cada especialidad. En el caso de la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo, el ponerse de acuerdo en esta cuestión es aún más difícil, debido al insoslayable avance de la tecnología en todos los aspectos de la disciplina, especialmente en el de la seguridad. Es que durante varias décadas las probabilidades de morir manejando un auto de Fórmula 1 eran altas, muy altas. Envuelto en todas esas circunstancias, Juan Manuel Fangio logró dominar la escena y ganar cinco campeonatos mundiales, con cuatro marcas distintas. Venerado por sus pares y sus predecesores, su figura lejana aún se mantiene como la del piloto por antonomasia y una leyenda dentro del deporte.

Fangio, de familia de inmigrantes italianos, nació un 24 de marzo de 1911 en Balcarce. Atraído por los fierros desde muy chico, a los once años comenzó a trabajar en un taller mecánico y no perdía oportunidad de subirse a cualquier vehículo; auto, camioneta, tractor, máquina agrícola, todo servía.


A los 16 años estuvo enfermo durante casi un año de pleuresía, pero ya era dueño de su primer coche: un Overland cuatro cilindros. Pero no era todo autos: Fangio se destacaba en el fútbol –integró el seleccionado de Balcarce- y era adepto al boxeo.

Durante los primeros años posteriores al colegio, el Chueco profundiza sus conocimientos de mecánica y comienza a adentrarse en el mundo de la competencia. El 25 de octubre de 1936 debuta como piloto con el seudónimo “Rivadavia” –nombre de su primer club de fútbol-, a bordo de un Ford A, pero abandona a dos vueltas del final tras fundir una biela.

En los años siguientes Fangio se convertiría en una figura del Turismo Carretera, protagonizando una recordada rivalidad con Oscar Alfredo Gálvez y obteniendo dos campeonatos. Es en 1947 cuando comienza a tener roce con el automovilismo internacional, pilotando autos de fórmula y participando en distintos Grand Prix, tanto en la Argentina como en Europa.

Es en 1950, a los 39 años y con el nacimiento mismo de la categoría, que Fangio da el gran salto a la Fórmula 1 como piloto del equipo oficial Alfa Romeo. Rápidamente consigue su primer triunfo en Mónaco y termina segundo en el campeonato, detrás del italiano Farina.


En la temporada siguiente se impone en tres competencias y gana el primero de sus títulos mundiales, aún a bordo de la Alfetta. Tercero, a siete puntos, termina el otro argentino figura de la categoría y su gran amigo, José Froilán González.

En 1952 un grave accidente en Monza lo obliga a estar internado durante cuatro meses, lo que hizo temer por el futuro de su carrera. Ya recuperado, obtiene otro subcampeonato mundial en 1953, ahora con Maserati.

En 1954 da comienzo a su fructífera relación con Mercedes Benz, la cual le proporcionaría otros dos campeonatos mundiales al volante de las emblemáticas Fechas de Plata del equipo alemán. Fiel a su estirpe ganadora, Fangio fue siempre en búsqueda de la marca más competitiva, del mejor auto, aquel que le diera la posibilidad de otro título. Debido al trágico accidente de Le Mans de 1955, en el que fallecen 83 personas y del que Fangio se salva milagrosamente, Mercedes Benz se retira de la competencia.

Así, en 1956, el argentino se une a Ferrari, la Scuderia del particular Don Enzo, el último equipo grande que le quedaba por pilotar. Si bien con Il Commendatore Ferrari no logra tener la relación más fluida, logra tres triunfos y su cuarto título mundial, a bordo de la preciosa Lancia-Ferrari D50. Fangio ya tenía 46 años; sin embargo se encontraba en el pináculo de su carrera, siendo protagonista excluyente dentro la categoría más competitiva del automovilismo mundial.

En 1957 retorna a Maserati para pilotar la 250F. Cuatro victorias –entre ellas, la más recordada, en Nürgburgring, donde vence a las Ferrari de Hawthorne y Collins en el último giro tras batir el récord de la pista una y otra vez- y dos segundos puestos le dan el quinto campeonato mundial a la leyenda de Balcarce. En 1958 participa en dos carreras, en Buenos Aires y en Reims, y anuncia su retiro oficial de la competencia. Su balance en la Fórmula 1 arroja un resultado descomunal, con una efectividad deslumbrante: 53 carreras corridas, 24 victorias, 35 podios, 29 pole positions y cinco campeonatos mundiales.

Más allá de la cantidad de victorias o campeonatos, la figura de Fangio se ha convertido en una de las más influyentes de la historia de este deporte. Por su talento deportivo y su competitividad, pero también por su carácter humilde, afable, lejos de lo que podría considerarse una estrella. Generaba tanta admiración entre sus pares que hasta le han cedido autos en plena competencia para que pudiera continuar ante un seguro abandono. Sus conocimientos de mecánica también jugaron un aspecto fundamental en su carrera, tanto en la puesta a punto del auto como en la relación y comprensión con y hacia sus mecánicos. Ha sido una bandera para los pilotos argentinos y sudamericanos, con nada menos que Ayrton Senna, tricampeón de la categoría y en cierta forma heredero del legado del Chueco, como su máximo admirador.


Fangio puso en el mapa a la Argentina en el mundo del automovilismo. Si uno lograba estar bajo su ala, las puertas se abrían de par en par.


Ha recibido innumerables cargos honorarios y homenajes de todo tipo en distintos países y de la mano de las marcas que lo acompañaron a lo largo su carrera. También aportó en gran forma al desarrollo del automovilismo argentino, en distintas facetas. Una de las más recordadas, cuando encabezó la Misión Argentina en las 84 Horas de Nürgburgring, donde los Torinos nacionales tuvieron un gran desempeño. Gracias a sus logros deportivos y su dedicación se ha convertido en un faro, un padrino y una figura icónica e indiscutible.

Siendo ya un hombre mayor, sufrió varios episodios que afectaron su condición cardíaca y su sistema respiratorio. A los 84 años, una neumonía termina de complicar su estado de salud y el 17 de julio de 1995, fallece en la Clínica Mater Dei. Sus restos fueron velados en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, en el Automóvil Club Argentino y al día siguiente en el Museo de Balcarce.

Si bien el status de leyenda lo había conseguido hace tiempo, su partida no hizo más que agrandar el mito. Y más allá de comparaciones y debates, una premisa se mantiene indiscutible: el mundo nunca verá otro piloto como Juan Manuel Fangio.

El museo Fangio

Como no podía ser de otra manera, en la ciudad de Balcarce existe desde 1986 el Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio. Se trata de un espacio dedicado a la vida y obra quíntuple, ambientado de espectacular manera, con ejemplares deportivos de todo tipo, difíciles de ver en otro ambiente. Para más información, ingresar a www.museofangio.com

La opinión de los grandes sobre el más grande

"Nunca traté de compararme con Fangio. El está en un nivel más alto del que yo me veo a mí mismo. Absolutamente, no hay comparación posible".

Michael Schumacher, siete veces campeón mundial de Fórmula 1


"Fangio es el padrino de todos los pilotos. Es uno de los grandes desde el comienzo de este deporte y siempre será admirado".

Lewis Hamilton, seis veces campeón mundial de Fórmula 1


“Cuando yo comencé en la Fórmula 1, Fangio era como un Dios. Él era EL hombre, EL piloto de Fórmula 1. Como una leyenda, un mito; no se puede poner en palabras. No hemos visto otro piloto como él.”

Alain Prost, cuatro veces campeón mundial de la Fórmula 1


“Nunca igualaremos lo exitoso que él fue durante tan breve espacio de tiempo y en tan pocas carreras disputadas.”

Sebastián Vettel, cuatro veces campeón mundial de la Fórmula 1

Publicado 16/01/2023
Por Lucas Argüelles
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