Nació en la localidad de Banfield un 2 de noviembre de 1942. Pero su vida, que ya parecía escrita, lo catapultó a la fama como el más grande platero argentino. Quien tenga la oportunidad de visitar su estudio-taller de la calle Defensa 1094, encontrará mates, bandejas, platos, facones, cuchillos y arte litúrgico. Por todo esto y sus otros magníficos trabajos, entre ellos los bastones de los presidentes argentinos, es que le fue otorgado el reconocimiento de “Ciudadano Ilustre” por el Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires.
Tanto es su prestigio internacional, que su taller ha sido visitado, por reyes, príncipes, presidentes argentinos y coleccionistas internacionales. El taller es un lugar en el que los ojos y el espíritu se regodean ante tantas maravillas, sobre todo al verlo trabajar entre martillos, bancos de estirar, cinceles, buriles, fraguas y crisoles. Pallarols suele explicar que algunos de sus trabajos pueden demandarle semanas o años porque cada pieza está trabajada a mano. Es que su labor es el resultado del conocimiento que le dieron sus antecesores: su padre Carlos y su abuelo José, dos fantásticos orfebres con lazos que los unen a la platería desde principios del siglo pasado; y hasta sus propios familiares al día de hoy, como una de sus tías (hermana de su madre) que trabajó en el taller hasta el día de su muerte.
A su atelier no solo llegan curiosos, sino también coleccionistas mundiales de arte e importantes hombres de negocios que buscan la belleza que representan sus trabajos. Uno de los objetos más requeridos son sus mates, que conforman una verdadera colección. Pallarols cuenta que si tuviera que elegir su pieza favorita, no dudaría en escoger el cáliz que realizó especialmente para la Misa por la Paz que el papa Juan Pablo II celebró en Buenos Aires en junio de 1982, una obra de enorme significación en un momento doloroso para el país, como lo fue la Guerra de las Malvinas, pero ahora Pallarols cuenta con la ayuda de oficiales y aprendices que lo asisten ante la gran demanda de trabajos.
Entre otras obras de nivel internacional, en el año 2014 le fueron encargadas diversas esculturas de más de seis metros de altura para ser instaladas en la basílica barcelonesa de La Sagrada Familia. Pero esto no ha sido todo, ahora tiene el proyecto de realizar una estatua gigante de Jesucristo, de 45 metros de altura, para ser instalada a orillas del río Paraná en la provincia de Entre Ríos. Tres años después realizó con material bélico de la Guerra de las Malvinas, la Rosa de la Paz en homenaje a la Gesta del Atlántico Sur, luego donada a la Fuerza Aérea Argentina.
Maestro indiscutido, artesano de alma, Pallarols es hoy reconocido como una de los mejores orfebres argentinos.