Los doce valles que componen este laberinto serrano pertenecen a una reserva natural privada de algo más de 4.000 mil hectáreas y ubicada a solo 38 kilómetros de la ciudad de Tanti, en la llamada Sierras Grandes.
Algunos turistas y paisanos cordobeses coinciden en definir a este valle como algo irresistible. Y para los que conocemos algo del tema, no podemos menos que coincidir. Los Gigantes se encuentran en el extremo sur del departamento de Cruz del Eje, cercano al límite con los de Punilla y San Alberto, sobre la ruta provincial 28 y a unos 80 kilómetros al oeste de la ciudad capital de Córdoba.
Luis Amuchástegui, guía y propietario del Valle nos recibió en la visita, y con un profundo conocimiento del sitio se explayó: “Es un macizo rocoso, que según los estudios geológicos realizados se formó en la era Precámbica y su estructura no es muy diferente a la de la Pampa de Achala; pero aquí se pueden apreciar claramente las fallas estructurales expuestas” concluyó.
Las montañas de Los Gigantes
Todo el área está ocupada por grandes formaciones pétreas que, de manera abrupta, salen a la superficie para formar grandes murallones de roca. Gracias a la erosión del tiempo, éstas han adquirido una diversidad de geoformas reconocidas localmente por sus nombres, como El Pollito, El Gorila, entre otros.
Al recorrer este inolvidable paisaje, en el que uno de sus senderos se extiende unos 16 kilómetros, se observa que está conformado por grandes formaciones pétreas de más de 350 millones de año y que en forma abrupta afloran de la superficie formando enormes murallones de roca, cuya erosión hizo que hayan adquirido variadas formas, bautizadas con nombres locales como El Pollito, El Gorila, El Hornito, El Indio, entre otras. Estas figuras forman estrechas galerías donde crecen especies que están adaptadas no solo a la altura sino también a los bruscos cambios de temperatura y se descubren enormes vertientes de agua cristalina en las que es posible bañarse.
La provincia de Córdoba es un imán de atractivos capaz de atraer a enormes cantidades de turistas que viajan desde distintas provincias, además de los residentes locales, muy acostumbrados al miniturismo.
Desde la cima de este macizo se pueden apreciar las Cumbres de Gaspar, la Pampa de San Luis, Cuchilla Nevada y la Pampa de Olaén hacia el norte; volcando la mirada hacia el sur se observa la Pampa de Achala y durante días muy diáfanos se puede divisar el Cerro Champaquí, límite sur de La Pampa distante a unos 60 kilómetros. Hacia el este es posible ver el Valle de Punilla, con el famoso lago San Roque, el cordón montañoso de las Sierras Chicas, Alta Gracia, la ciudad de Córdoba y parte de la extensa llanura pampeana. Pero no es todo: apuntando hacia el oeste se divisa la Pampa de Pocho, el Valle de Salsacate, los Volcanes de Pocho y los Llanos Riojanos. Algo más: por ser naciente de aguas la región ha sido declarada Área Natural Protegida por la Ley Provincial del año 2001. Gracias a este fenómeno, se pueden encontrar un sinnúmero de cursos de agua que forman cascadas y cuevas llamadas La Cueva del Hornito, la Cueva de Salamanca, la Cueva de los Pájaros, que pueden ser visitadas únicamente con guía.
Hidrográficamente tiene un régimen pluviométrico de unos setecientos milímetros anuales y divide las aguas en dos grandes cuencas: por oriente tributa a la Mar Chiquita (con el río Suquía) y por occidente a las Salinas Grandes con el río San Antonio, tomándose como referencia la Ruta Provincial 28.
En la base del macizo hay una escuela rural albergue y la Iglesia Nuestra Señora del Valle que fueran fundadas por el padre franciscano Antonio Bustamante en el año 1968.
En ambos sitios solía hospedarse el Cura Brochero a quien tanto le debe la historia cordobesa. Es una zona ideal para los que practican el montañismo.
En la base del macizo hay una escuela rural y la Iglesia de Nuestra Señora del Valle, que fueron fundadas en 1968 por el padre Bustamante; ambos edificios sirvieron de paradero al renombrado Cura Brochero, que durante sus viajes a lomo de mula en el siglo XIX unía la ciudad de su nombre con la Capital cordobesa. En la actualidad es punto de referencia tanto para quienes practican montañismo como para quienes pernoctan allí durante la Cabalgata Brocheriana. Muy cerca de allí se encuentra el refugio de la familia Pedernera, que fuera visitado por notables personalidades como Benito Quinquela Martín, Enrique Muiño, Marcelo Torcuato de Alvear y don Hipólito Irigoyen. No es para menos, la belleza del formidable paisaje de Los Gigantes fue registrado en un espectacular trabajo por los fotógrafo de National Geographic.