Cuando es por placer, viajar es una experiencia única. Y conocer y disfrutar los aeropuertos es una experiencia en sí mismo.
Lógicamente, Ezeiza es el aeropuerto más importante de nuestro país, la puerta de entrada y de salida de la Argentina para el mundo. Y necesitaba modernizarse, tanto en su diseño como en su operatividad. Aeropuertos Argentina 2000, la empresa detrás de la mayoría de las terminales en la Argentina, lo vio de la misma manera y decidió hacer una fuerte inversión con este fin. Luego de más de seis años y una inversión de 230 millones de dólares, la firma presentó la nueva terminal de partidas, primera etapa de un ambicioso proyecto integral que pondrá a Ezeiza en otra escala.
“La de los aeropuertos es una unidad bastante compleja a la hora de diseñar”, anticipa Rodolfo Miani, uno de los socios principales del estudio BMA, responsable del proyecto arquitectónico. “Es un espacio de usos mixtos, donde hay que resolver muchas cosas: flujos de gente, imagen, servicios, pasajeros, circulación de autos, entre otros. El flujo, por ejemplo, requiere encaminar a la gente por situaciones especiales; la cantidad de personas va en relación al espacio. El desafío es mezclar la arquitectura con este movimiento. Otra cuestión importante es la proyección de aumento de cantidad de pasajeros estimados en los años siguientes. Los aeropuertos van creciendo y hay que saber absorber ese incremento de gente para los próximos, digamos, veinte años. Deben ser espacios flexibles, que se puedan adaptar al crecimiento y a los cambios de tecnología en las diferentes áreas.”
Por otro lado, desde hace un tiempo lo comercial se ha vuelto preponderante en este tipo de espacios. Las terminales están sumando centros comerciales externos, hoteles y oficinas, entre otros. Sobre esto comenta Miani: “A diferencia de tiempos pasados, en los que el Estado era el encargado de desarrollar y operar los aeropuertos, hoy están los operadores aeroportuarios privados que, lógicamente, buscaron tener un rédito económico. Con ese fin buscaron hacer mucho más agradable la experiencia a los pasajeros, para que pasen más tiempo dentro de las terminales y, por ende, consuman más. Así se fueron incorporando cada vez más espacios: restaurantes, tiendas, el duty free, lugares de espera, sectores exclusivos, etcétera.”
La historia de este estudio -de vasta experiencia en espacios comerciales- en el diseño de aeropuertos es extensa. Comenzó allá por el 2000, cuando estuvieron a cargo de la remodelación del Aeroparque de Buenos Aires, lo que los llevó a continuar con más obras en otros aeropuertos de la Argentina y del exterior, en países como Ecuador, Panamá y Paraguay, entre otros.
La demanda operativa más importante era cambiar el sistema de equipaje en todos sus estadios. Desde el lado del pasajero, se incluyeron muchas máquinas de auto check in, lo que hace más rápido ese paso.
Otro aspecto primordial, especialmente en estos tiempos es lo sustentable. Con ese fin, se buscó optimizar el uso de la energía dotándola de iluminación con tecnología LED, con sensores de presencia. También se colocaron chillers de última generación para el acondicionamiento de aire, lo que se traduce en un ahorro de hasta un 60% de energía.
“Fue una obra enorme. Es un diseño que ya tiene casi siete años, pero que al día de hoy aún se mantiene moderno. Eso es algo satisfactorio, porque lo difícil es diseñar en el tiempo, hacer algo timeless. No todos los edificios lo logran.”, comenta Rodolfo Miani. Por su parte, Rodrigo Bóscolo, también socio en BMA, agregar: “Hay algo en lo que nosotros trabajamos mucho que es la materialidad de las obras. Es decir, que se trabaje con materiales nobles y de calidad, que envejezcan bien y que no requieran mucho mantenimiento. La primera parte del diseño es una línea de trabajo que, quizás, sea la más importante; pero si pasás frente al edificio a los diez o quince años de haberse hecho y se ve como una cosa vieja, vetusta, te querés morir. Que algo así se siga viendo moderno, es un éxito.”
El éxito ya llegó. Y no se detiene. Esto es tan solo una primera muestra de lo que podremos disfrutar en Ezeiza durante los próximos años.