Ya sabemos que es imposible definir a ciencia cierta quién es el mejor de todos los tiempos e incluso por qué uno es mejor que otro. Distintos deportes, individuales y grupales; distintas épocas; distintos sistemas y un sinfín de condicionantes que elegimos obviar para poder plantear este juego. Porque en el fondo se trata de eso, de un juego.
Los mencionados parámetros fueron, sin un orden particular, los siguientes:
- Títulos obtenidos a lo largo de su carrera, en distintas competencias y escenarios
- El impacto que generó en el deporte y en la gente
- La trascendencia de sus logros
- Su legado e influencia
- Sus cualidades técnicas
10. Gabriela Sabatini
La reina del deporte argentino. Alguien que, además de ser dueña de un talento único, enamoró a toda una generación con su carisma.
A lo largo de su carrera Gaby consiguió un título de Grand Slam (US Open 1990), además de dos finales y ocho semifinales en esa clase de torneos; dos Masters (1988 y 1994), una medalla plateada en los JJ.OO. de Seúl ’88 y otros 24 títulos WTA. Su mejor ranking fue número 3, y estuvo a dos puntos de ser la 1. Y todo ello durante una época dorada del tenis femenino, con rivales como Steffi Graf, Monica Seles y Martina Navratilova, entre otras.
Sabatini fue y es amada tanto en Argentina, como en el mundo, especialmente en países como Estados Unidos, Italia y Japón. Fue la cara -la más linda- de una generación de tenistas que llevó a ese deporte a ser uno de los más vistos, incluso más que el de varones. En nuestro país supo darle un nuevo impulso al tenis con sus resultados y presencia, además de colaborar activamente con su desarrollo.
9. Adolfo Cambiaso (h)
Sí, es verdad. El polo es un deporte particular, jugado en pocos países, por muy poca gente y en el que los caballos hacen diferencia. Pero es indiscutible que de todos los que alguna vez lo jugaron, Adolfito Cambiaso es el mejor; y que lo que ha conseguido es único en el deporte argentino, también.
A los 19 años alcanzó los 10 goles de hándicap, distinción que nunca perdió y aún mantiene desde hace ¡tres décadas! Obtuvo 18 Abiertos de Palermo, 14 de Hurlingham y 9 de Tortugas, lo que comprende además cuatro Triple Coronas, tres de ellas consecutivas con su equipo, La Dolfina. Además, obtuvo decenas de títulos en el exterior. Y hasta se dio el gusto de llegar a jugar Palermo con su hijo, Adolfito (n). Una buena cantidad de hazañas.
En una disciplina con muchos referentes, Cambiaso fue y será el máximo de su historia. Por su técnica, por sus títulos, por su vigencia y por como intentó hacer al polo un deporte algo más popular de lo que era.
8. Roberto De Vicenzo
Hay algunas personas que en cierta forma “inventan” un deporte en su país. No es algo literal, claro, pero ese es el caso de Roberto de Vicenzo, que hizo conocer el golf en toda la Argentina gracias a sus resultados y su estirpe.
El “Maestro” fue campeón del Open Británico, el torneo más tradicional del mundo. Y virtualmente también lo fue del Masters de Augusta, donde cometió el ya tristemente célebre error de firmar su tarjeta con un score equivocado que lo dejó segundo. Además, ganó cientos -sí, cientos- de torneos profesionales de todo tipo.
De De Vicenzo, además de su clase, siempre se recordará su caballerosidad y su figura de buen deportista. Desde su Ranelagh Golf Club sentó las bases para que una nueva generación de golfistas llegara a la competencia mundial y dejó un legado que pocos deportistas supieron dejar.
7. Luciana Aymar
Cuando se trata de deportes grupales, siempre es más difícil justificar la elección. Por otra parte, todo gran equipo siempre tiene una gran figura. Y en el caso de Las Leonas, un emblema y una marca en sí mismas, Lucha Aymar fue la estrella que tildó todos los casilleros
Los resultados hablan por sí solos: cuatro medallas consecutivas en JJ.OO., dos de plata, dos de bronce; dos Mundiales, en 2002 y 2010; y seis Champions Trophy. Entre 2001 y 2010 fue elegida ocho veces la mejor jugadora del mundo. Inigualable: la gran figura mundial del hockey femenino durante más de una década.
Producto del amateurismo, gracias a ella y a Las Leonas la Argentina se volvió potencia mundial del hockey sobre césped -al día de hoy lo sigue siendo- y miles de chicas se volcaron por este deporte, soñando tener la magia y el liderazgo que Lucha mostraba en la cancha.
6. Carlos Monzón
Si bien su presente no es el más destacado, Argentina tiene una rica historia en el boxeo. Numerosos campeones mundiales en distintas categorías, protagonistas de peleas legendarias y la mayor cantidad de medallas olímpicas aportadas. Entre tantas figuras emerge la de Carlos Monzón, el más destacado boxeador de la historia de nuestro país y uno de los grandes del pugilismo mundial.
Más allá de su estilo -aguerrido, frío, demoledor-, admirado por todos, lo que impacta de Monzón son las 14 defensas consecutivas que hizo de su título de Campeón Mundial Mediano de la AMB y la CMB. Las inolvidables veladas en el mítico Luna Park quedarán por siempre en memoria del deporte nacional.
Monzón llega al conteo casi exclusivamente por sus logros deportivos y el unánime reconocimiento con el que cuenta. En todos los listados hechos por especialistas de boxeo, siempre está presente como uno de los mejores de todos los tiempos.
5. Guillermo Vilas
El gran Guillermo. Si hay un ejemplo de cómo un deportista puede hacer popular una actividad en su país, ese es Vilas.
El marplatense fue uno de los mejores en una época dorada del tenis mundial. Con rivales como Björn Borg, Jimmy Connors y John McEnroe, entre otros, ganó cuatro Grand Slams, un total de 62 torneos y llegó a ser número dos del mundo. Tan arrollador fue Vilas en el circuito que al día de hoy cuenta con récords vigentes, entre ellos, el de 16 títulos en un año.
Además de los resultados, el impacto y la trascendencia de lo conseguido por el Gran Willy generó un antes y un después en el tenis argentino. Junto con Borg, en cierta forma, reinventó el deporte, aplicando efectos nuevos al juego, como el top spin. Metódico, cultor del esfuerzo y dueño de una mente competitiva única dentro el tenis y encantadora fuera de él.
Guillermo Vilas es una leyenda que marcó un antes y un después en el tenis argentino y le abrió puertas a varias generaciones que lo siguieron.
4. Emanuel Ginóbili
Argentina tuvo una Generación Dorada en básquetbol, producto de un trabajo y un sistema -no fue un milagro- que fue la Liga Nacional. Jugadores que brillaron en Europa, en la NBA y, sobre todo, con la Selección Nacional. Y tuvo un abanderado, un distinto. Ese fue Manu.
Los logros son conocidos (aunque no por eso menos increíbles): cuatro anillos de NBA, una medalla de oro en Atenas 2004 y una de bronce en Beijing 2008, una final del Mundial y marcas personales que lo posicionan como una de las grandes figuras de la historia del básquet europeo y de la NBA, en donde fue incluido al Salón de la Fama.
Manu fue también un ejemplo de deportividad, de cómo potenciar el talento con esfuerzo, con humildad y siempre con el triunfo en equipo como objetivo. Su influencia trascendió su deporte, convirtiéndose en un referente para deportistas argentinos y del mundo. Esos ejemplos que nunca hay que dejar de valorar y reconocer.
3. Juan Manuel Fangio
Para muchos el más grande de la historia del deporte argentino. Para muchos, también, el mejor piloto de la historia del automovilismo. Fangio fue el héroe de generaciones y hasta de sus propios rivales. “El Padrino de todos los pilotos”, como bien supo nombrarlo el propio Lewis Hamilton.
Los números son demoledores: cinco Campeonatos Mundiales con cuatro escuderías diferentes y un ridículo récord de porcentaje de victorias del 46%, aún vigente 70 años después y que probablemente nunca sea superado. Fue dueño de un talento único, capaz de sacarle el máximo a sus autos, con el detalle de estar jugándose la vida en cada vuelta. Sus hazañas, como la de Nürgburgring en 1957 aún son recordadas.
Como no podía ser de otra manera, mientras vivió fue un referente para todo el automovilismo nacional, impulsando talentos y proyectos de todo tipo. Todos se rendían ante Fangio y su aura. Por siempre el más grande.
La verdadera definición de leyenda.
2. Diego Maradona
Qué difícil hablar de él y hacerle justicia. Qué difícil no ponerlo en el primer lugar.
Como premisa, no existe persona en el último siglo que haya marcado e influenciado más al pueblo argentino que Diego Maradona. Mucho más allá del deporte, aunque de eso se trate este conteo.
El Mundial de México 1986 y la forma en que lo ganó lo puso definitivamente en el Olimpo del deporte y en el corazón de los argentinos. Supo revalidar ese logro, el más anhelado y valorado por nuestro pueblo, con sus lágrimas en otra final alcanzada en Italia 1990, siempre transmitiendo su pasión por defender la camiseta celeste y blanca. Fue un abanderado de su Selección, de las de otros deportes y del pueblo argentino. En cuanto a lo técnico, su zurda mágica habló por sí sola.
Diego estuvo lejos de ser el deportista perfecto. Pero su talento, su competitividad, su liderazgo y, sobre todo, su carisma y la devoción por representar a su país le alcanzó para ser el más amado; y el perfecto para la Argentina. ¿Superado? Puede ser. Por suerte, por uno también nuestro. ¿Igualado? Nunca.
1. Lionel Messi
Al igual que con Diego, ¿cómo resumir lo que es Lionel Messi en un par de párrafos? ¿Cómo justificar su elección, por indiscutible que sea para muchos?
Messi ha sido invariablemente el mejor jugador del mundo, del deporte más popular del mundo, durante casi dos décadas. Para una buena mayoría, el mejor de todos los tiempos. Títulos, goles, hazañas increíbles en una vida en el Barcelona y también en la Selección, ese lugar que, como Diego, tanto ama y donde más quiso brillar. Más allá de todo lo que ya había conseguido, las dos Copas América y especialmente el Mundial del Qatar terminó de llevarlo a lo más alto de todo.
Fuera de los logros, fuera de lo técnico, Messi, como Ginóbili, fue otro ejemplo de deportividad, de profesionalismo; de sobreponerse en la adversidad, aún en la élite. Y con el tiempo supo convertirse en referente: de sus equipos, de la Selección y del pueblo argentino, que lo ama como a Maradona. Si Diego no pudo -o no quiso- ser el deportista perfecto, Messi sí.
Glorificado por sus pares, valorado por deportistas de todas las disciplinas y amado por su gente, la de Argentina y la del todo el mundo. No hay máximo logro para un deportista, ratificado, además, por títulos y victorias. Y es argentino. Muy argentino.
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Es difícil no ser injusto con los otros genios, pero me inclino por Ginóbili, porque además de los títulos, brilló 16 años en una liga de otra galaxia, cómo es la NBA
Creo que Ginobili deberia estar mucho más arriba en la lista, no solo por su participación a nivel selección sino tambien por su vigencia de tantos años en la NBA. Además, sigue siendo un referente para todos los deportistas
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