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No resulta sencillo en la actualidad de nuestro país encontrar noticias que generen satisfacción y orgullo. Menos aún dentro del campo de la investigación científica. No se trata de falta de capacidad o esfuerzo; los vaivenes económicos y políticos que tan de memoria conocemos atentan contra el desarrollo de éstas áreas, relegando gran parte de la responsabilidad al sector privado.
Y dentro de ese campo son pocos los aventurados que eligen el camino largo, difícil, en búsqueda de nuevas técnicas que traigan beneficios, directos e indirectos, para toda una población. Son menos aún los que llegan hasta el final de esa travesía. Pero son ellos los que serán recordados como pioneros y los que nos volverán a hacer sentir orgullosos de la capacidad y la voluntad que podemos tener los argentinos. Esta es una de esas historias.
El año 2018 se estaba terminando, pero aún quedaba una noticia importante por compartir. Luego de 20 años de investigación e inversión, Tecnoplant S.A., la división de biotecnología vegetal del Grupo SIDUS en convenio con el CONICET, presentaba el primer evento transgénico vegetal enteramente argentino: la Papa Spunta TICAR, una variedad de papa modificada para ser resistente al virus PVY.
En un caso inédito, una empresa nacional de un país no central acababa de lograr un evento transgénico vegetal con potencial impacto en la cadena de valor.
En el Salón Central de La Rural, Lino Barañao, Secretario de Ciencia y Técnica; Luis Miguel Etchevehere, Secretario de Agroindustria; y Marcelo Argüelles, Presidente del Grupo SIDUS; fueron los encargados de comunicar en forma oficial a la prensa y al mundo la aprobación del tan esperado evento. Más allá de escepticismos, la recepción y repercusión de semejante noticia fue inmejorable.
¿De qué se trata el desarrollo de la Papa Spunta TICAR y por qué puede ser tan revolucionario para el mercado alimenticio?
La papa es un alimento de gran importancia para la humanidad y para la mesa de los consumidores argentinos. Su producción es compleja desde lo agronómico y, como consecuencia, de alto costo.
El cultivo de papa es susceptible a una amplia variedad de patógenos (virus, bacterias, hongos, etc.) que si bien no producen inconveniente alguno para los consumidores, sí lo hacen en términos de costos de producción y mantenimiento de los cultivos y su rendimiento consecuente para los productores.
El PVY (Potato Virus Y), es un virus que por sí solo o en combinación con otros, puede producir pérdidas de rendimiento superiores al 40%. Por ello, los productores se ven obligados a comprar semillas libres de PVY anualmente, además de utilizar frecuentes dosis de insecticidas. Todas estas acciones representan un gasto fenomenal para su producción, que se traduce en el costo final de la papa que el consumidor obtiene en los distintos puntos de venta; además de un impacto ambiental importante.
Esta innovación tecnológica aporta valor en este sentido, ya que ayuda al productor a producir más papa de forma más económica y de forma más ecológica. Por el lado de la empresa, la intención es generar un modelo de recupero de la inversión realizada a través de regalías que respetan las necesidades del productor y se cobran sobre la semilla comprada y/o la guardada por el productor.
El Grupo SIDUS cuenta con una vasta experiencia en el campo de la biotecnología y la farmacéutica nacional. Además de financiar enteramente este desarrollo, tiene el orgullo de presentar varios logros destacados en el sector. Algunos de ellos son:
- Primera clonación de vacas.
- Primera clonación de caballos.
- Primer evento transgénico realizado en Argentina – Vacas Dinastía Pampa-
- Primeras vacas transgénicas productoras de hormona de crecimiento, hormona de crecimiento bovina e insulina.
- Primer producto farmacéutico a base de arándanos liofilizados.
En colaboración con entes estatales como el INGEBI-CONICET, Tecnoplant logró dominar una tecnología que permite modificar genéticamente la papa, volviéndola resistente al virus PVY.
La misma consiste en establecer permanentemente un mecanismo de defensa en la planta, dirigiéndolo en forma específica al PVY, un proceso similar a lo que produce una vacuna en el caso de humanos o animales. Este silenciamiento, la modificación introducida por ingeniería genética en Spunta TICAR, afecta sólo la regulación de un mecanismo defensivo propio de la planta y no introduce ninguna característica nueva en la misma, excepto la resistencia a este virus particular.
Si bien se trata de una tecnología nueva dentro de nuestro país, la misma ha obtenido gran aceptación en mercados exigentes como lo es el de Estados Unidos, donde las variedades Innate de la empresa Simplot utiliza la misma tecnología aplicada en Spunta TICAR. Estos casos confirman además la potencialidad de exportación de esta tecnología.
Claro que el proceso para llegar a esta instancia fue largo y minucioso. El trabajo de campo fue clave en el desarrollo. Una vez conseguidos en laboratorio, una gran cantidad de eventos potencialmente resistentes a PVY (más de 400), se clonaron in vitro en el laboratorio obteniendo microplántulas. Cada una de ellas, un clon con potencial resistencia a PVY.
Las plántulas fueron aclimatadas y se realizaron ensayos de desafío con el virus en invernaderos, proceso en el que se descartaron 295 de esos clones; luego, en el campo, otros 83 fueron también descartados. Este proceso permitió seleccionar los clones de mejor comportamiento frente a la enfermedad y se los llevó a nuevos ensayos en el campo para realizar estudios de rendimiento y comportamiento en condiciones de producción.
Estos estudios se realizaron bajo estrictos controles sobre todos los procesos por parte de la Dirección Nacional de Biotecnología Agrícola, dependiente del ex Ministerio de Agroindustria de la Nación; y fueron especialmente seguidos y evaluados en forma permanente por la CONABIA. En colaboración, personal de INGEBI-CONICET y de Tecnoplant realizaron los ensayos de campo que permitieron seleccionar dos eventos promisorios, resistentes al virus y avanzar hacia la liberación comercial.
Sucesivas selecciones en invernadero y nueve ensayos de campo en cuatro localidades distintas del país durante 1998 y 2001 fueron definiendo los clones más prometedores hasta llegar a TIC-AR 233-5, que fue el seleccionado para ingresar en la Fase II de CONABIA, en la que hubo que cumplimentar una serie muy importante de exigencias y reglamentaciones, demostrando la bioseguridad ambiental del evento. El evento, además, fue analizado exhaustivamente por el SENASA, a través de la Dirección Nacional de Calidad Agroalimentaria, de manera de asegurar la inocuidad de éste como alimento.
Finalmente, la Dirección Nacional de Mercados, en dos oportunidades, determinó que la comercialización de este evento de papa no afecta el normal funcionamiento del mercado interno ni del de exportación de papa de Argentina.
El 8 de agosto de 2018, por Resolución 65/2018 el ex Ministerio de Agroindustria de la Nación libera para su comercialización el evento transgénico de papa resistente a PVY Spunta TICAR 233-5.
Ahora sí. Después de dos décadas de investigación, inversión y mucho esfuerzo, la papa transgénica inmune al virus PVY es una realidad, y las ansiadas mejoras para todo el mercado se encuentran cada vez más cerca. El futuro ya llegó.
Impacto de la comercialización de Spunta TICAR en el país.
- Disminución en los costos de producción de papa para consumo fresco en un porcentaje estimado de entre el 7 y el 9% por campaña.
- Valoración económica de esta mejora 40 a 45 M U$A/año.
- Mejoras en los rendimientos con mayor productividad para el productor.
- Mayor rentabilidad para el productor.
- Aumento de la competitividad de la cadena de valor.
- Ampliación de la frontera geográfica de la producción de papa semilla en Argentina.
- Menor uso de agroquímicos, especialmente insecticidas, con la consecuente reducción del impacto ambiental.
- Potencialidad de generar nuevos eventos acoplados de interés para el cultivo de papa.
- Potencialidad de exportación de la tecnología.
“Se trata de un hito en la historia de la biotecnología argentina. Un hecho fundamental que ilustra la entrada a la nueva generación de productos mejorados para la producción agropecuaria.” Lino Barañao, Secretario de Ciencia y Técnica e Innovación Productiva.
“Esto es fruto de la interacción público-privada, del talento de los científicos argentinos, es un desarrollo que reafirma el gran capital que tenemos en nuestro país, el espíritu emprendedor. Luis Miguel Etchevehere - Secretario de Agroindustria de la Nación
