Muy pocos se animaron a cruzar este bastión selvático que, con sus 40.000 kilómetros cuadrados, extiende su maleza en la llanura chaqueña, tomando una porción de la provincia de Salta, de Formosa y de Santiago del Estero. Su densa y cerrada cobertura vegetal agrupa una increíble flora y fauna.
En la oscuridad de la noche, los ojos de los yacarés se ven como pequeñas lucecitas que flotan en el río; y de día, si la suerte ayuda, podrá verse a lo lejos algún yaguareté que anda de caza, un oso hormiguero, un tatú carreta, un loro hablador o alguna que otra águila coronada. El territorio abarca unos cuatro millones de hectáreas de bosque nativo muy cerrado, lo que, precisamente, le ha dado el nombre que lleva. Allí, las especies de árboles reinantes son el quebracho colorado y blanco, el algarrobo, el palo borracho, las orquídeas y los claveles del aire. Producto de contar con un clima semitropical continental, durante el día se registran temperaturas de hasta cincuenta grados, mientras que por la noche llega a bajar hasta cero grados, o inclusive hasta temperaturas bajo cero. Las lluvias oscilan entre los 400 y los 600 milímetros anuales.
En la actualidad, la población del Impenetrable alcanza algo más de 60.000 almas que luchan contra la depredación de los cazadores y pescadores furtivos que provocan la desaparición de animales y de otros alimentos, además de la medicina natural que es utilizada por los nativos, lo que agrava la subsistencia en ese ambiente de alta exigencia humana. En su interior, viven pueblos originarios como los qom y los wichis. Por su parte, los campesinos rurales anhelan que, al ser jerarquizado como parque nacional, el bosque sea objeto de mejoras para poder tener una vida más digna. De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente, entre 1998 y 2006 se perdieron más de un millón de hectáreas como producto de gigantescas talas.
Hacia fines del siglo XIX, la empresa estadounidense United Fruit Company, explotadora de quebracho, produjo una deforestación sin control y la zona tardó años en volver a poblarse de ejemplares de esa especie. Mundialmente, este hecho fue uno de los más graves en cuanto a destrucción del medio ambiente. Pero no fue el único caso: en el Chaco y en la provincia de Santa Fe, la empresa inglesa La Forestal también arrasó con el quebracho colorado para extraer tanino. El cine argentino es un fiel testigo de tamaño desastre, reflejado en la película Quebracho, dirigida por Ricardo Wullicher, que contó con figuras de la talla de Héctor Alterio y Lautaro Murúa.
Por ahora, la falta de una buena estructura hotelera y las condiciones, tanto geográficas como climáticas, no favorecen la llegada de turistas sin experiencia. Todo lo contrario: la agresividad de esta tierra con caminos precarios, la ausencia de cartelería y las grandes distancias entre los puntos recomendables para conocer limita la visita de aquellos que no conocen las exigencias del turismo de aventura.
Las reservas naturales de Fuerte Esperanza y Loro Hablador son las más indicadas para la observación de especies en extinción, pero esto solo es posible si las excursiones se realizan con guías locales.
Para obtener información sobre las empresas dedicadas al llamado “turismo de aventura”, en el caso de que esta alternativa despierte interés, lo mejor es tomar contacto con la Casa del Chaco, cuyos datos se destacan en el recuadro.
Estas empresas organizan excursiones náuticas, en lancha o en catamarán, para navegar por los ríos Teuco, Bermejo o Bermejito que, como espadas, penetran en la tupida y enmarañada vegetación. Otras excursiones proponen salidas para hacer observación de aves, cabalgatas por senderos agrestes, trekkings, acampadas, etc.
OTROS ATRACTIVOS CHAQUEÑOS
El Chaco posee un centro termal de reconocimiento internacional. Se trata de las termas de Roque Sáenz Peña, con servicios de primer nivel para aquellos que encuentran en estos baños un saludable bienestar.
Otra alternativa, sobre todo para quienes aman la pesca deportiva, es visitar la bella Isla del Cerrito, enclavada en la unión de los ríos Paraná y Paraguay, famosa por las especies que allí se capturan y por su Torneo Anual.
A 350 kilómetros de Resistencia, se halla Campo del Cielo, un sitio que reúne visitas que llegan desde diversas partes del mundo. Hace 6.000 años, un fenómeno cósmico produjo una lluvia de meteoritos que horadó el suelo del lugar. Hoy están prolijamente expuestos, algunos de ellos con información sobre el peso de cada una de sus rocas.
Otras alternativas turísticas son el Fogón de los Arrieros, en la ciudad capital, y Villa Río Bermejito, a 54 kilómetros de Resistencia. Para obtener información precisa sobre estos lugares, sobre todo en materia de alojamientos y excursiones, conviene conectarse con la Casa del Chaco o en www.chaco.gob.ar.