Muchas veces lo que en la actualidad se puede ver como una gran empresa, exitosa y con funcionamiento propio, tuvo sus comienzos humildes, casi románticos, lo que vuelve esas historias aún más significativas. Así fue el camino de las 1000 Millas Sport, la carrera de autos clásicos más importante del país y una de las más reconocidas en el mundo.
Como toda historia, tuvo un comienzo. En 1986, y al igual que en años anteriores, un grupo de entusiastas automovilistas argentinos, en su mayoría socios del Club de Automóviles Sport, viajó a Brescia, Italia, para participar de las Mille Miglia, la famosa competencia de autos clásicos, conocida en todo el mundo, y con una enorme historia deportiva. Pero esta vez no habían ido solo a correr. Esta vez volvían con una idea, la de tener algo similar a las Mille Miglia en Argentina.
Un par de años después, en 1989 y bajo el ala del Club, se llevó a cabo algo que antes parecía un sueño: la primera edición de las 1000 Millas Sport de la República Argentina. Alrededor de 60 tripulaciones y máquinas conformaron aquella primera grilla, que partió desde la sede central del A.C.A. en la Av. Libertador de la Ciudad de Buenos Aires, con destino hacia la provincia de Córdoba. Tuvo muchas variantes, pero ese fue el recorrido elegido para las primeras temporadas.
El gran salto de las 1000 Millas se dio en 1996, cuando la competencia comenzó a tener vuelo internacional y a convertirse en una vidriera del país hacia el mundo. De Córdoba se mudó a la Patagonia, concretamente a Bariloche, tomando como base al hotel Llao Llao, un lugar que se volvería un símbolo de esta carrera. Con el tiempo las 1000 Millas fueron evolucionando y acomodándose a las demandas de todos los jugadores que integran y moldean este gran circo: participantes, sponsors, organizadores y la siempre variable realidad económica argentina.
A fines de este noviembre la carrera celebrará su 35° edición consecutiva –únicamente interrumpida por la pandemia de Covid-19-, una vez más, en Bariloche y en el Llao Llao. Alrededor de 100 autos, clásicos deportivos fabricados desde la década de 1920 y hasta la de 1980, desfilarán por las rutas de nuestra Patagonia Norte. Ferrari, Porsche, Aston Martin, Bentley, MG, Alfa Romeo serán tan solo algunas de las marcas de prestigio que tomarán parte en esta aventura.
En cuanto a los participantes, algunos van a pasear y disfrutar de los hermosos paisajes; otros van a competir, a “hacer las cosas bien”, siguiendo al detalle la hoja de ruta y leyendo los relojes; y otros van por todo, a intentar ganar la competencia y quedar en el cuadro de honor. No hay elección equivocada.
El recorrido consta de tres etapas, una por día, y tienen, en promedio, unas 10 horas de duración. El jueves mayormente se rodea el inmenso Nahuel Huapi y sus alrededores, hasta el límite con Chile, en el Paso Cardenal Samoré. En la segunda jornada, la más intensa y de mayor cantidad de kilómetros, se va hacia Villa La Angostura, encarando el serpenteante Camino de los Siete Lagos, pasando por San Martín de los Andes y dando la vuelta por Confluencia. Y la última, el sábado, se enfila hacia el sur, hasta El Bolsón, y retornando por el mismo camino al Llao Llao.
Uno de los grandes desafíos cada año para quienes organizan las 1000 Millas, es el de renovarse y encontrar nuevas variantes, siempre manteniendo el alto nivel como premisa, algo muy valorado por los participantes. La novedad de esta edición está en que se vuelve a pasar por la ciudad de El Bolsón, adónde hacía varios años que la carrera no enfilaba, además de nuevos lugares elegidos para las paradas intermedias.
¿Pero qué representan las 1000 Millas par el club y sus socios? Fernando Briones, presidente del CAS lo cuenta: “Las 1000 Millas es el evento más importante en el calendario del club y representa de la mejor manera su espíritu. Es algo por lo cual esperamos todo el año. Con el tiempo la carrera se fue convirtiendo, además, en el evento de autos sport más importante de la región y en una de las fechas de esta especialidad más reconocidas del mundo.”
Desde hace muchos años las 1000 Millas y todo su entorno mantienen además un compromiso social, con distintas fundaciones. Durante la cena de gala, en la que se desarrolla la entrega de premios, se lleva a cabo un remate solidario en el que todo lo recaudado se destina a colaborar con el Banco de Alimentos, y con dos organizaciones de la zona de Bariloche, Fundación Challenge y Puentes de Luz.