Arte y cultura
Faros Patagónicos: Los Eternos Vigías del Atlántico
Por Carlos Manuel Couto
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El mar, solo el mar reconoce a las víctimas perdidas en esas aguas heladas, movidas por un viento furiosamente inimaginable. Solo ese mar los reconoce, azotado por los vientos del oeste, con ráfagas que pueden superar los cien kilómetros por hora.
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1884. Una formación de marinos alineados da paso al coronel Don Augusto Lasserre para inaugurar el faro “San Juan de Salvamento” en la Isla de los Estados, dado a conocer popularmente por Julio Verne como “El Faro del Fin del Mundo”. Y así comienza la historia de los faros patagónicos, aún cuando el navegador Armando de Magallanes, bautizara a toda la zona en 1520 como Tierra del Fuego.


La historia de los faros reúne, como vigías de la costa, historias milenarias dignas de ser conocidas. Es que desde el descubrimiento de América y hasta fines del siglo XIX, momento en que empezaron a construírse faros y balizas, el intento de los marinos por llegar a las costas terminó en varias tragedias y hundimientos.


Faro de Cabo Vírgenes
Faro de Cabo Vírgenes
¿Cuál es la situación en la actualidad? De los más de 60 faros instalados en todo el país, once de ellos han sido designados Monumento Histórico Nacional, encontrándose la mayoría ubicados entre las provincias de Río Negro y Tierra del Fuego.

Muchos presentan distintos grados de deterioro, ya que son golpeados sistemáticamente por un clima muy hostil. Y el viento, siempre el viento. Pero pesar del avance de la tecnología en la navegación, según el Servicio de Hidrografía Naval se trabaja en la modernización de sus sistemas lumínicos, al igual que en la restauración de las construcciones.


Cómo visitarlos

Si bien la ubicación de muchos de los faros hace difícil acceder a los mismos, es posible visitarlos tanto con embarcaciones dedicadas al turismo náutico como desembarcando en caminos secundarios, siempre y cuando la costa lo permita. Es bueno tener presente que antes de que se construyeran los primeros faros hubo alrededor de dos mil naufragios en la zona de la Península de Valdés, Chubut y de allí hacia el sur, incluyendo a la Isla de los Estados y las Islas Malvinas. Un testigo de los desastres marítimos es el barco Desdémona, encallado en la zona fueguina del Cabo San Pablo. Todas estas naves llegan a conformar para la Argentina lo que se conoce como “patrimonio cultural subacuático”. Este conjunto, es considerado un verdadero tesoro al que hay que cuidar sin reflotarlos para una mejor preservación.


Uno de los faros más antiguos de la costa de Río Negro es el llamado “Guardian del Cóndor”, con su luz aún encendida desde 1887, emplazado en la desembocadura del río. Su construcción de forma cilíndrica está pintada de blanco y se encuentra funcionando para el turismo; y a pesar de que en parte está deteriorado, poco a poco se va recuperando. Yendo hacia el sur aparece en la provincia de Chubut el faro Punta Delgada. El mismo está emplazado en uno de los paisajes más visitados de la Península de Valdés, que fuera inaugurado en el año 1905. La zona cuenta con servicios de hotelería y excursiones para conocer la fauna del lugar, compuesta por zorros, maras, cholques y una de las colonias de elefantes marinos más importante del país.


Faro de Punta Mogotes
Faro de Punta Mogotes
Entre los que más se destacan se encuentran la torre de Punta Delgada; el faro de camarones en Chubut; el Cabo San Pablo; el faro de Río Negro en el balneario El Cóndor y el Les Eclaireurs en medio del Canal de Beagle.

Otras farolas chubutenses son el Almirante Brown en el Golfo de San Matías, el Punta Tehuelche en el golfo San José, el Punta Ninfas en el extremo sur del golfo Nuevo, el San Jorge y el San Gregorio en Comodoro Rivadavia. En esta provincia también tenemos el Faro Leones, en el archipiélago del Golfo San Jorge, que integra el sistema general de faros y balizas costeras con excursiones que parten del municipio de Camarones. Estas visitas náuticas no solo incluyen éstos íconos de principios del siglo XX, sino que además, permiten el avistaje de mamíferos marinos, pingüinos y cormoranes, entre otras especies.


Uno de los faros más pintorescos es el que se encuentra en Santa Cruz conocido como el Faro Blanco, a unos 60 kilómetros del norte de Puerto Deseado, además del de Isla Pingüino, más cerca de esa localidad.

Franjas y colores


Como si el arte se hubiera volcado sobre los faros, gran parte de ellos están pintados con franjas horizontales de colores blanco y rojo, o negro y amarillo, y otros de color ladrillo, con alturas que oscilan entre los doce y treinta metros; y casi todos ellos poseen una llamada “casa habitación”, que acompaña a la torre, y en la cual actualmente muchos torreros viven con su familia con el fin de mantener en buen estado de los componentes del faro.

Desde el norte hacia el sur de Tierra del Fuego hay faros y balizas que se encuentran en funcionamiento y son posibles de visitar. Tal es el caso del Les Eclaurieurs, un pequeño faro de piedra, rojo y blanco, que se alza en medio del Canal de Beagle, al que es posible bordar mediante una navegación turística. Hay otros dos posible de visitar como lo son el Cabo San Pablo y el Cabo Domingo, a escasos kilómetros de la ciudad de Río Grande. Otros faros fueguinos, que no son posibles de visitar pero que forman parte de la historia náutica de Argentina, son el Cabo San Pío y el San Juan de Salvamento, que dejó de funcionar en 1902 y que fue reemplazado por el de Isla Año Nuevo, con mejor equipamiento.

Una joya

El Servicio de Hidrografía Naval cuenta con un libro digital con la historia y descripción de todos los faros del país, en castellano y en inglés, de libre descarga. Se puede acceder a él a través del siguiente vínculo

Publicado 27/02/2024
Por Carlos Manuel Couto
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Gerardo Muro
2024-02-27T17:09:18.966Z

Hermosos los faros y paisajes.

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